lunes, 21 de noviembre de 2011

Miércoles 24 de junio de 1942.

Querida Kitty:
¡Que calor! Nos asamos. Todo el mundo congestionado, sofocado. Con este calor, debo ir a todas partes a pies. Ahora empiezo a comprender que tan fantástica es un tranvía. Pero nosotros, los judíos, ese placer, ya no nos esta permitido. Tenemos que usar nuestras piernas como único medio de locomoción.   Ayer, por la tarde, tuve que ir al dentista, que vive en Jan Luykenstraat, cerca de la escuela. A la vuelta, me dormí en clase. Por suerte, en estos días  la gente nos da de beber espontáneamente; la ayudante del dentista es una persona muy amable.
Todavía tenemos acceso al cruce del canal. En el muelle  Joseph Israels, hay una barquita que lo hace. El barquero acepto de inmediato hacernos pasar. En verdad, si los judíos soportan tantas penurias, no es por culpa delos holandeses.
            Desde la pascua cuando me robaron la bicicleta, y la mi mama fue entregada a los cristianos, no me dan ganas de ir a la escuela. Por suerte las vacaciones se acercan; una semana más de sufrimiento que será olvidada rápidamente.
            Ayer por la mañana tuve una sorpresa muy agradable. Al pasar por delante de un deposito de bicicletas, oí que me llamaban. Al darme vuelta, vi un muchacho encantador, quien me había llamado la atención la víspera en casa de mi amiga Eva. Se me acerco con cierta timidez, y se presento : Harry Goldman. Quede  algo sorprendida, sin saber bien que quería. Muy sencillo Harry deseaba acompañarme al escuela.
-Si usted lleva el mismo camino, de acuerdo-, dije yo, y vamos caminando.
Harry ya tiene dieciséis años, y habla de toda clases de cosas en forma divertida. Esta mañana  lo encontré nuevamente en el mismo lugar. Y no veo por que eso tendría que dejar de suceder.
Tuya Anna.

06 de Enero

·         1497: Los judíos son expulsados de Graz (capital de la provincia austriaca de Stiria) Por un edicto del emperador Maximiliano I. Los judíos habitaban en la ciudad desde 1160, es decir desde solo treinta años después de su fundación.
·         1943: 3.500 judíos de Zarki (provincia de Kielce, Polonia) son deportados al campo de exterminio de Auschwitz.
·         De los 2.300 judíos de Lubaczov (Ucrania), muy pocos sobreviven a las aktionen precedentes de los nazis. Ese 6 de enero, los SS expulsan a varias centenas de judíos de sus casas para asesinarlos.
·         2.000 judíos del ghetto  de Ujazd (Polonia) son deportados al campo de exterminio de Treblinka.
·         Konskie (provincia de Kielce) es declarada  “liberada” de sus últimos judíos. 300 de ellos son deportados a Szydlowiec donde son asesinados junto a los judíos de esta ciudad.
·         1.200 judíos de Narayov (distrito de Tarnopol, de Ucrania) son masacrados fuera de esta ciudad por la SS y la policía ucraniana.
·         Luego de la liquidación del ghetto de Gorlice (Polonia) que contaba con varios miles de judíos, los obreros instalados hasta entonces en los edificios de la usina, son enviados el 6 de enero a los campos de trabajos  forzados de Muszyna y de Rzeszow.
·         1945: En el transcurso de una redada en Budapest, los fascistas húngaros del movimiento llamado Flechas Cruzadas conducen a 160 judíos a orillas del Danubio donde los fusilan.
·         Llegan de Trípoli (capital de Libia) a Zanzur, a 50 kilómetros de allí, agitadores que excitan a la población musulmana contra los judíos. En el transcurso de los tumultos, cerca de la mitad de los 150 judíos de Zanzur son masacrados.
·         Ese día tiene lugar la última ejecución de un internado del campo de exterminio de Auschwitz.
·         400 mujeres judías internadas en el campo se Sered (Eslovaquia) son deportadas al campo de concentración de Ravensbruck (Alemania).

miércoles, 3 de agosto de 2011

5 de Enero



·         1895: En le transcurso de una ceremonia humillante, un oficial francés de origen judío, Alfred Dreyfus, es degradado en publico luego de ser condenado por alta traición, a pesar  de testimonios imprecisos y contradictorios. Su proceso ante el tribunal militar del París provoca manifestaciones antisemitas en toda Francia. Condenado a prisión perpetua, Dreyfus es enviado a la isla del diablo.
·         Tres años más tarde, el celebre escritor Emilie Zola acusa en un articulo a los jueces de Dreyfus de haber actuado bajo ordenes. Pero hay que esperar hasta 1906 para que el complot tramado contra Dreyfus por oficiales antisemitas sea finalmente descubierto. La corte de casación rechaza por infundadas las pruebas utilizadas contra él. Dreyfus es reintegrado al ejército francés.
·         1919: las topas del coronel Palienko, llamadas los “batallones dela muerte” del ejército Nacional Ucraniano atraviesan la ciudad de berditchev (volhynia). La comunidad judía es sistemáticamente despojada, sus defensores son desarmados y fusilados. Los judíos que asisten a un entierro son asesinados por soldados descontrolados.
·         1920: Unidades comandadas por Romachko, aliadas al ejército Nacional Ucraniano, se entregan aun pogrom en la ciudad de Novaya Basan (distrito de Tchernigov) 43 judíos son degollados.
·         1943: En el transcurso de una Aktion sorpresa, los nazis liquidan el ghetto de Radomsk (Provincia de Lodz, Polonia). Centenares de judíos son muertos en el enfrentamiento. Los otros, alrededor de 4.000, son deportados al campo de exterminio de Treblinka, donde son asesinados. Un pequeño grupo de judíos alcanza a huir, algunos hasta el ghetto de Varsovia, donde luego participan en la rebelión de 1943.
·         Más de 15.000 judíos perecen en el transcurso de una Aktion de dos días en el ghetto de Lwow. Son conducidos hacia los arenales de Piaski, al noreste de la ciudad, donde son fusilados. Entre las victimas se encuentra el último presidente del Consejo Judío, el Doctor Eberson y otros miembros del consejo.
·         1945: El último tren de deportación deja Berlín en dirección al campo de exterminio de Auschwitz.
·         Un convoy de alrededor de 40 judíos italianos prisioneros del único campo de concentración nazi en territorio italiano, en Risiera di San Sabba, emprende el camino del campo alemán de Ravensbruck.



















jueves, 14 de julio de 2011

4 de Enero

·         1349: la peste asola a la ciudad de Ravensburgo (Alemania). Sabiendo que se los hará responsables de esto, los judíos se refugian en le castillo. La multitud lo incendia quemando a los judíos que allí se encontraban.
·         1941: 300 judíos son conducidos al ghetto de Gora Kalwaria (Polonia). Había viviendo en la región desde el siglo XVII. Gora Kalwaria era llamada la “nueva Jerusalén” porque vio nacer a numerosos judíos eruditos. 300 judíos de Rudki son deportados  hacia el ghetto de Varsovia.
·         1942: en Brody (distrito de Lwow) se crea el ghetto para 6.5800 judíos, a partir de entonces sometidos por los nazis a medidas arbitrarias.


viernes, 8 de julio de 2011

EL ATENTADO EN LA AMIA

http://www.signforjustice.org/


A las 9:53 del 18 de julio de 1994 se produce una explosión en el edificio de la AMIA, que las investigaciones aún no han podido determinar fehacientemente si se debió a un coche bomba o al material explosivo escondido en un volquete de escombros, depositado frente a la entrada de la mutual judía minutos antes de la tragedia. En pocos segundos la Asociación Mutual Israelita Argentina y varios edificios aledaños quedaron reducidos a escombros. En el atentado murieron 85 personas y otras 300 resultaron heridas. 67 de las victimas se encontraban dentro de la AMIA y otras 18 en la vereda o en edificios aledaños.
Fue el peor ataque terrorista y acto antijudio en Argentina despues de la Segunda Guerra Mundial. Más de 1000 viviendas y comercios cercanos quedaron destruidos, la pérdida de gas en la zona fue de gran magnitud, la onda expansiva arrasó con toda la cuadra de Pasteur al 600-700, lanzando autos, árboles, carteles y personas por los aires; los vidrios de las ventanas de las viviendas y negocios estallaron hasta a seis cuadras a la redonda. La gran mayoria de los heridos fueron trasladados al Hospital de Clinicas hubicado en Av. Cordoba y Pasteur (a solo unas cuadras) otros trasladados a hospitales publicos cercanos. Tras el atentado en su momento, la AMIA empezo a funcionar en Ayacucho 632 como centro de informacion sobre las victimas y sede alternativa que en poco tiempo las funciones relacionadas a la institucion funcionaron correctamente en especial los servicios sociales.

 

21 de Junio de 1942







Querida Kitty:
Todo el quinto año tiembla esperando el consejo de profesores.
La mitad de los alumnos se lo pasan haciendo apuestas sobre aquellos o aquellas que pasarían o no. Nuestros vecinos, Wim y Jaime, que han apostado todo su capital de las vacaciones, nos hacen morir de la risa a Miep de Jong y a mí. Desde la mañana a la noche se les oye: “tú pasarás”, “no”, “si”. Ni las miradas de  Miep, rogándoles que se callen, ni mis muestras de enojo, pueden calmar a este par de furibundos.
Según mi opinión, la cuarta parte de nuestra clase debería repetir el curso, debido a la cantidad de burros que hay. Pero los profesores son la gente más caprichosa que existe; quizás por una vez, se porten como caprichosos débiles.
Con respecto a mí y a mis amigas, no tengo miedo; creo que saldremos adelante. No me siento muy segura en matemáticas. En fin, no quedara más que esperar. Mientras tanto tenemos la oportunidad de darnos ánimo mutuamente.
Yo me entiendo bastante bien con los profesores, nueve en total, siete hombrees y dos mujeres. El viejo señor Kepler, mi profesor de matemáticas, ha estado enojado conmigo durante un buen tiempo, porque yo hablaba demasiado durante su clase: me advirtió varias veces, hasta que me castigó. Tendré que escribir una composición sobre el tema: una charlatana. ¡Una charlatana! ¿Qué  podría escribir sobre eso? Ya veremos luego. Después de haberlo anotado en mi cuaderno, trataré de comportarme bien.
Por la tarde, cuando hube terminado todas mis tareas, tropecé con  la Anotación  DE LA COMPOSICIÓN. Me puse a meditar mordiendo la punta de mi pluma. Evidentemente, si escribía con letra grande, separando las palabras lo más posible, yo podía estirar algunas  ideas dentro del número de páginas que debía llenar –era el abecé del oficio-, pero la dificultad consistía en hallar la última frase que probara la necesidad de hablar. Seguí pensando, y de repente ¡Zas!  ¡Ah, qué alegría la de llenar tres páginas seguidas, sin mayor esfuerzo!  ¡Mi argumento: la charlatana excesiva es un defecto femenino, que yo  me esforzaría por corregir un poco, pero sin superarlo totalmente, pues mi propia madre habla tanto como yo, o tal vez más. En conclusión poco podría hacer para remediarlo, ya que se trataba de un defecto heredado!
Mi argumento le dio mucha risa al señor Kepler. Pero cuando en la clase siguiente yo reincidí en mi parloteo, me ordeno una segunda composición. El tema: Una charlatana incorregible. Volví a salir del paso, después de lo cual el señor Kepler  tuvo motivos para quejarse de mí durante dos clases. A la tercera, tal vez exageré el parloteo. Esta vez el tema fue: Cuá, cuá, cuá, dice la señora Decuá.
Carcajada general. Yo me eché a reír con ellos. Tenía que hacerlo. Aunque sabía que se había agotado mi imaginación sobre el tema. Necesitaba encontrar otro original. La casualidad me ayudó. Mi amigo Sanne, buen poeta, me ofreció redactar la composición en verso, del comienzo al fin. Me llene de alegría. ¿Kepler quería reírse de mí? Yo me vengaría, riéndome de él.
La composición en verso resulto estupenda. Se trataba de una mama oca y de un papa cisne, con sus tres patitos. Estos, por haber hecho demasiado cuá cuá fueron picoteados a muerte por su padre. Por suerte, la broma agrado al fino Kepler. La leyó en nuestra clase, y en varias otras, con comentarios favorables.
Después del episodio, no me ha vuelto a castigar por charlatana. Al contrario, Kepler es siempre el primero en hacer una broma sobre el tema.
Tuya, Anna.

03 de Enero

·         1941: 1.00 judíos de los alrededores de  Grojec (Polonia) son llevados al ghetto de esa ciudad.
·    1942: Los judíos de Sabad, de Nis y de  Kragujevac (Serbia central) son deportados al campo de Samjmiste, vecino a Belgrado.
·         1943: Los nazis ejecutan  a 120 judíos de Opoczno (provincia de Kielce, Polonia). Eran los últimos de  los 3.00 judíos que vivían en Opoczno antes de la invasión alemana.
·     El ghetto de Czestochowa (Polonia), un grupo armado de resistentes judíos conducidos por Mendel Fiszkiewicz ataca a los nazis que buscan penetrar el el ghetto. 20 nazis son muertos, 25 resistentes mueren en la batalla. Como represalia , los SS fusilan a 250 judíos.

martes, 21 de junio de 2011

Sistema de marcado en los campos de concentración nazis

Marcado de los judíos Los campos de concentración nazis poseían un sistema de marcado de prisioneros basado principalmente en triángulos invertidos. Los triángulos estaban hechos de tela y se cosían sobre las chaquetas y camisas de los prisioneros. Estas marcas eran obligatorias y tenían significados concretos que servían para distinguir las razones por las que el prisionero había sido ingresado en el campo.

Codificación

Orden en el que se ponían las distintas marcas. La forma fue elegida por analogía con las señales de tráfico alemanas indicando peligros para los conductores. El invertido es porque la punta del triángulo señala hacia abajo y no hacia arriba como es habitual.

La base del código de marcado eran los colores. Así, diferentes colores denotaban diferentes delitos o razones:

Amarillo:          para judíos.
Rojo:               para prisioneros políticos.
Verde:  para criminales comunes.
Azul:                para emigrantes
Violeta:            para testigos de Jehová o Estudiantes de la Biblia.
Rosa:               para hombres homosexuales
Negro:             para mujeres asóciales, mujeres homosexuales, prostitutas, vagos, maleantes, sin techo, inadaptados (jóvenes del swing), retrasados mentales, enfermos mentales, gitanos, algunos anarquistas, alcohólicos y adictos a drogas.
Marrón: posteriormente utilizado para los gitanos

Estos triángulos se superponían a un triángulo amarillo  para denotar a los prisioneros que además de otros delitos eran judíos. En el caso de los judíos, esto se traducía en una estrella de David o de seis puntas amarilla. Esto podía ocurrir incluso en el caso de presos que habían sido internados por ser testigos de Jehová, ya que según las leyes de Nuremberg eran judíos todos aquellos que tuvieran ascendencia judía.

Además del código de colores, algunos grupos tenían que poner una letra en el centro del triángulo para denotar el país de origen:

B para belgas (Belgier)
F para franceses (Franzosen)
I para italianos (Italiener)
P para polacos (Polen)
S para españoles (Sicherheitsverwahrter —prisionero en detención preventiva— o Republikanische Spanier —republicano español—)
T para checos (Tschechen)
U para húngaros (Ungarn).
Número de interno.
Una barra sobre el triángulo, del mismo color que este, indicaba reincidencia.
Un círculo negro debajo del triángulo indicaba que el prisionero pertenecía a los batallones de castigo.
Un símbolo parecido al anterior pero con núcleo rojo se empleaba para los prisioneros de los que se sospechaba intento de fuga.
Un triángulo rojo ▲ indicaba la pertenencia a las fuerzas armadas.
Un brazalete marrón marcaba a los prisioneros especiales.
Las mujeres acusadas de «relaciones interraciales» (Rassenschänderin o Judenhure) eran marcadas con un triángulo invertido amarillo sobre otro negro.
Los hombres acusados de «relaciones interraciales» (Rassenschänder) eran marcados con un reborde triangular invertido negro sobre un triángulo amarillo.
Había muchas combinaciones posibles. Un prisionero tenía habitualmente por lo menos dos marcas, que podían llegar a más de seis.


Jerarquías en los campos de concentración

Judíos holandeses marcados con la estrella amarilla y una «N» (Niederländer) en el campo de concentración de Buchenwald. Las marcas clasificaban a los portadores en una categoría, que llevó a una auténtica jerarquía dentro de los campos. Los diferentes grupos tenían una consideración muy distinta entre los vigilantes y prisioneros.

Violeta — prisioneros por religión: la dirección de los campos apreciaba como sirvientes sobre todo a los Testigos de Jehová por su obediencia. [Cita requerida]
Rojo — prisioneros políticos: los prisioneros políticos eran especialmente respetados por los demás internos.
Verde — criminales comunes: en tercer lugar se encontraban los criminales comunes, que eran empleados a menudo por los vigilantes como «Capos». Algunos se hicieron tristemente famosos.
Dos triángulos amarillos, es decir, una estrella de David amarilla — judíos: los judíos pertenecían a los prisioneros despreciados y a menudo sufrían a manos de los demás reclusos.
Negro — «asóciales»: los asóciales se encontraban todavía un escalón más bajo y eran especialmente despreciados.
Rosa — homosexual: este era el escalón más bajo de la jerarquía de los campos de concentración y era despreciado y maltratado por todos los demás prisioneros.
A través de este sistema de castas se facilitaba el control de los prisioneros por los vigilantes, ya que incluso podían dificultar la vida en el campo cambiando la marca del prisionero. Especialmente en las tres categorías más bajas —judíos, «asóciales» y homosexuales— hay intentos documentados de prisioneros de conseguir otro triángulo. Muchos judíos afirmaban ser testigos de Jehová para conseguir una posición privilegiada.
Esta jerarquía y categorización era utilizada como sistema de control para evitar la formación de una gran comunidad entre los prisioneros.

Tras la II Guerra Mundial, el trato de las dos últimas «castas», homosexuales y asóciales, fue muchas veces igual de vejatorio. La Landfahrerzentrale en Baviera fue una continuación directa de la SS-Zigeunerzentrale (central de las SS para los gitanos), y hubo homosexuales que pasaron directamente de los campos de concentración a la cárcel

Sábado 20 de junio de 1942 (II)

Querida Kitty:

Me siento bien: el día esta bueno y me siento tranquila. Papá y mamá salieron y Margot se fue a jugar Ping-pong con otros compañeros a la casa de una amiga.
Yo también juego mucho ping-pong en estos últimos tiempos. Como a todos los jugadores les encantan los helados, y como en el verano este juego hace sudar a cualquiera, luego del partido vamos generalmente a la confitería más cercana permitida a los judíos, la Delphes o el Oasis. No es necesario pensar en dinero, En el oasis hay tanta gente que nunca falta una caballero o un admirador para ofrecernos más helados de los que podríamos tomar en una semana.
Debe llamarte la atención oírme hablar, a mi edad, de admiradores. ¡No sé!...Habría que pensar que es un mal inevitable en nuestra escuela. En cuanto un compañero me propone acompañarme a casa en bicicleta, empezamos a conversar, y nueve de casa diez, se trata de algún muchacho que comienza a decirte cosas, llenas de un fogoso entusiasmo, sin dejar de mirarte. Al cabo de unos momentos, disminuye el entusiasmo, por la sencilla razón de que yo no presto mayor atención a sus ardientes miradas, y que continúo pedaleando a toda velocidad. Si por casualidad, comienza con rodeos y habla de “pedir permiso a su papá”, yo me balanceo un poco en la bicicleta, y dejo caer mi bolsón. Una vez que el muchacho se siente obligado a bajarse para recogerlo, yo me las ingenio para cambiar la conversación.
Este es un ejemplo de lo más inocente. Hay, por  supuesto, los que te envían besos o tratan de apoderarse de tu brazo, peor esos fallan a tiro, pues yo me bajo diciendo que puedo pasarme sin su compañía, o bien me hago la ofendida, diciéndoles muy claramente que se vayan. 
Después de esto, las reglas quedan claras. Hasta mañana.
Tuya, Anna.

lunes, 20 de junio de 2011

Sábado 20 de junio de 1942.

Llevo varios días sin escribir. Necesitaba ponerme  a pensar, de que una vez por todas, qué significa un diario. Me resulta extraño expresar mis pensamientos, no sólo porque nunca había escrito, sino porque me parece que, más tarde, nadie se interesará por los pensamientos de una colegiala de  trece años. Pero en fin, no tiene mucha importancia. La cosa es que tengo ganas de escribir, y todavía más, de saber qué pasa en mi corazón en toda clase de circunstancias.
“El papel  tiene más paciencia que el hombre”. Este dicho me vino a la cabeza un día en que me aburría y me sentía melancólica, con la cabeza apoyada en las manos, demasiado molesta como para salir o quedarme en casa. Sí efectivamente, el papel  es paciente, y como presiento que nadie se preocupará de este cuaderno, al que dignamente he titulado “diario”, no tengo la menor intención de mostrárselo a nadie, a menos que encuentre en mi vida el amigo o la  amiga a quien pueda dejárselo leer. Sin embargo, estoy en el momento de comenzar un diario, y descubro que no tengo una amiga.
Trataré de explicarme mejor, para ser más clara. Nadie me creerá que una muchachita de trece años se encuentre sola en el mundo. Desde luego, esto no es totalmente cierto: tengo padres a los que quiero mucho, y una hermana de dieciséis años. Tengo en total unos treinta compañeros,  y, entre ellos, las llamadas amigas. Tengo muchos admiradores que me siguen con la mirada, mientras otros, que están mal situados en clase  para verme, tratan de captar mi imagen con la ayuda de un espejito de bolsillo. En verdad, tengo familia, tíos y tías muy amables, un hogar sumamente grato. No. Aparentemente no me falta nada. Salvo la amiga. Con mis compañeros, solo puedo divertirme. Nada más. Nunca hablo con ellos más que cosas corrientes. Incluso esto es cierto para el caso de mis amigas, ya que no es posible llegar a la intimidad con ella. Ahí está el problema. La falta de confianza es tal vez mi mayor defecto. De cualquier modo esto es un hecho, y es bastante doloroso tener que reconocerlo.
Por eso me he decidido a escribir este diario. Con el fin de inventarme una imagen de la amiga que tanto deseo, no quiero limitarme a simples hechos, como lo hacen tantos, sino que quiero que este diario se convierta en mi amiga. Y esta amiga se llamará Kitty.
Kitty aún no sabe nada de mí. Necesito, por lo tanto, contar la historia de mi vida brevemente. Mi padre tenía ya treinta y seis años cuando se casó con mi madre. Ella tenía veinticinco .Mi hermana Margot nació en 1926, en Fráncfort del Main. Y yo nací el 12 de junio de 1929. Como éramos cien por ciento judíos emigramos a Holanda en 1933, donde mi padre fue nombrado director de la  Travies N. V., firma asociada con kolen & Cía., de Ámsterdam. El mismo edificio servía a las dos sociedades, de las que mi padre era accionista.
Nuestra vida estaba llena d emociones, ya que el resto de nuestra familia se encontraba aún defendiéndose de las medidas de Hitler, Contra los judíos. A raíz de las persecuciones de 1938, mis dos tíos hermanos de mi madre llegaron sanos y salvos a los Estados unidos. Fue entonces cuando mi abuela de setenta y dos años, se vino con nosotros. Después de 1940, los buenos días iban a terminar rápidamente. Primero la guerra, luego la capitulación y  la invasión de los alemanes nos llevo a la miseria. Medidas tras medidas en contra de los judíos. Los judíos obligados a llevar sus estrellas, a entregar sus bicicletas. Se le prohibía subirse a los tranvías, conducir un automóvil, Los judíos estaban obligados a comprar exclusivamente en las tiendas marcadas con letreros de “negocio Judío”, y de las tres  a las cinco  de la tarde solamente. Se  prohibía a los judíos salir después de las ocho de la noche, ni siquiera salir al jardín o quedarse en la casa de un amigo. Se les prohibía todo deporte público: ir a las piscinas, a las canchas de tenis, de hockey o a otros sitios de entrenamiento. Se les prohibía frecuentar  a los cristianos. Teníamos que ir a escuelas judías y otras tantas restricciones similares.
Y así teníamos que continuar viviendo, sin hacer esto y lo otro. Jopie me dice siempre: “No me Atrevo a hacer nada, por miedo a que esté prohibido”. Nuestra libertad es, pues, muy pequeña. Sin embargo, la vida es aún soportable.
Mi abuela murió en enero de1942. Nadie se imagina cuánto pienso en ella y cuánto la quiero todavía.
Desde el jardín infantil, yo estuve en la escuela Montessori, es decir, desde 1934. En sexto, tuve como maestra a la directora, la señora K. Cuando termino el año nos despedimos abrazadas, llorando. En 1941, mi hermana Margot y yo entramos al liceo judío.
Nuestra pequeña familia de  cuatro, no tiene todavía mucho de qué quejarse. Y así llegó hasta el día de hoy.

lunes, 11 de abril de 2011

2 de enero

·         1235: El cadáver de un cristiano es descubierto sobre la ruta  entre Lauda y Bischofsheim (Alemania). Se sospecha delos judíos de  Bischofsheim y antes que tuviera lugar una encuesta oficial, los habitantes y el clero de la ciudad masacran a hombres, mujeres y niños de la comunidad judía. El mismo día, 8 notables judíos de Lauda y Bischofsheim son perseguidos por el mismo crimen, condenados y ejecutados.
·         1920: Por segunda vez en tres meses, la ciudad de Bobrovitzy (distrito de Tchernigov) es invadida por unidades provenientes del ejercito Nacional Ucraniano de Simón Petlioura. En el transcurso del pogrom que le sucedió, 38 judíos fueron masacrados, 16 gravemente mutilados al punto que 8 de ellos murieron como consecuencia de sus heridas. Numerosas judías son violadas, a menudo reiteradamente.
·         1940: Un ghetto es creado en Chrzanow (distrito de Cracovia, Polonia). Había judíos  viviendo allí desde el siglo XVI. La ciudad cuenta entonces con 8.00 judíos.
·         1942: volviendo al ghetto de Lwow (hoy Lvov, de Ucrania) una brigada de 60 trabajadores judíos es dirigida a una prisión. Al día siguiente esos judíos son fusilados.

viernes, 25 de marzo de 2011

1º de Enero

·         1940: Los judíos de Lodz (Polonia) son concentrados en la vieja ciudad y en le barrios de Baluty.
·         1941: 400 judíos del hospital y del hogar de ancianos de  Kalisz (Polonia) son exterminados con gas en camiones especialmente equipados.
·         1942: Los nazis comienzan la masacre de los judíos de  Eupatoria (Crimea, RSS) pero sus amigos no judíos los asilan fraternalmente. La SS necesitará dos semanas para matar 1.300 judíos.
·         En Turka (Ucrania), Primera Aktion de envergadura contra la comunidad 500 judíos son fusilados en el lugar.
·         Un transporte de alrededor de 1.000 judíos del ghetto de Lodz llega al campo de exterminio de Chelmno. Los deportados son inmediatamente exterminados con gas.
·         Las organizaciones judías del ghetto de Vilna (Lituania) fundan un movimiento de resistencia dirigido por Itzhak Wittenberg, Joseph Glazman y Abba Kovner. Comienza siendo activo en el interior del Ghetto y luego extiende su acción a los alrededores.
·         Un ghetto es creado en Kamionka, un suburbio de Bedzian (Silesia). Los judíos  son internados a la espera de su deportación hacia los campos de exterminio. Hasta el verano de 1943 se señalan numerosas deportaciones parciales con destino a Auschwitz.
·         3.000 judíos de Iwje (Bielorrusia) son deportados a Borisov donde perecen todos.
·         Los últimos 200 judíos de Kozlov (Provincia de Kielce) son deportados al campo de exterminio de Auschwitz.

Para Jamas olvidar

Siempre habrá judíos mientras recuerden. No hay pecado más grande que el olvido.
En 1942, cuando el poeta judío Layser Aychenrand, se escapo de un tren de deportados con destino a Auschwitz y llego sin documentos a Annemasse, en la frontera Suiza, el guardia de aduna le preguntó  su edad. Respondió: “tengo dos mil años…”

Mi diario ....





Espero confiártelo todo, cosa que hasta hoy no he podido hacer con nadie; confío, además, en que tú serás para mí un gran apoyo.
 Anne  Frank,
12 de junio de 1942



Domingo, 14 de junio de 1942.
El viernes 12 de junio me levanté antes de las seis. Cosa nada rara, ya que era el día de mi cumpleaños. Pero, debo decir, que no me permiten levantarme tan temprano: Me vi obligada, por lo tanto, a soportar mi curiosidad, todavía, durante una hora. Al  cabo de 45 minutos, ya no aguanté mas. Me trasladé al comedor, donde estaba Maure, mi gato, que me recibió frotándose la cabeza contra mis piernas y haciéndome mil gracias.
         A las siete, me fui a ver a papá y a mamá, y logré por fin abrir mis regalos en la sala. Mi gran sorpresa fuiste Tú, mi diario, uno de mis más hermosos regalos. Lugo había una ramo de rosas, una plantita, dos ramas de peonías, todo eso vi. aquella mañana sobre la mesa, adornada de flores, seguida de otras tantas durante el día.
         Papá y mamá han sido muy generosos, así como nuestros numerosos amigos y relaciones, que también han sido muy cariñosos. Recibí entre otras cosas, un juego de ludo, muchos bombones, chocolates, un rompecabezas, un cepillo, y libros como “mitos y leyendas neerlandesas”, de Joseph Cohen, “cámara oscura”, de Hilderbrand, “day´s bergvacantie”, libro magnifico, y un poco de dinero que me permitiría comprar “los mitos griegos y romanos”. ¡Que maravilla!...
         Más tarde, Lies pasó a buscarme para ir a la escuela. Durante el recreo ofrecí galletitas a los profesores y alumnos. Después hubo que volver al estudio.
Termino el día por hoy, ¡Querido diario! ¡Te encuentro maravilloso!...
         Ayer por la tarde, tuve mi primera reunión de aniversario. La proyección de la película, “El gurdian del faro”, con Rin-tin-tin, les gusto mucho a  mis compañeros de colegio. Resulto muy bien, y nos divertimos mucho. Éramos bastantes. Mamá quiere saber siempre con quién me gustaría casarme. Ya no pensare más en Meter Wessel. Porque ahora me he esforzado por  quitarle esa idea fija, tratando de hablar de él sin pestañear ni ruborizarme.
Durante años fuimos muy amigos con Lies Goznes y sanne Haoutman. Entretanto, hice amistad con Jopie de Waal en el liceo judío. Siempre estamos juntas y se ha vuelto mi mejor amiga. Lies, aunque todavía la veo con frecuencia, se ha hecho amiga de otra muchacha, mientras que Sanne, que se trasladó a otra escuela, se ha hecho allí de otras amistades.

martes, 22 de marzo de 2011

Un Angel En el Infierno

Por Lawrence Elliott.
De pie en un espacio azotado por el viento, en el campo de concentración de Bergen-Belsen, un grupo de niños andrajosos tiritaba de frio. Era la primera semana de diciembre de 1944, y después de haber logrado sobrevivir 4 años y medio de guerra y muchos meses de encierro, aquellos pequeños niños judíos provenientes de Holanda se encontraban en el desamparo absoluto.
Habían visto a los nazis llevarse a sus familiares en un convoy de camiones de la SS. Nadie sabía a dónde  se los llevaban, pero alguien había oído pronunciar en voz baja los nombres de los campos de la muerte: Auschwitz, Treblinka, Chelmno…
Después de llevarse a los hombres, los camiones regresaron por las madres y hermanos mayores. Luego trasladaron a los niños a las barracas donde hacinaban a las mujeres. Cuando los vehículos volvieron a  alejarse, Gerard Lakmaker, de 11 años, advirtió que sus escasas pertenencias, que llevaba envueltas en un pedazo de tela amarilla, habían desaparecido.
Apiñados en la oscuridad, los niños mayores trataban de calmar el llanto los más pequeños.
En la penumbra de una barraca contigua, Luba Gercak despertó a la mujer que dormía junto a ella. – ¿Oyes eso?- le pregunto- Un niño está llorando.
-no es nada- repuso aquella- Es otra de tus pesadillas.
Luba cerró los ojos con fuerza para tratar de apartar de su mente los recuerdos que la atormentaban.
Ella se había criado en un Shtel, como llamaban en Polonia a las aldeas judías. Siendo apenas adolescente, se caso con un ebanista llamado Hersch Gercak, con el cual tuvo un hijo que le pusieron por nombre Isaac. Hubieron querido tener más hijos, pero entonces estallo la guerra y fueron arrastrados por sus cataclísmicos efectos. Los nazis subieron a casi todos los judíos de la región  en carros tirados por caballos y los llevaron a Auschwitz-Birkenau, el campo de concentración donde se perpetraban los peores crímenes.
Al pasar por las puertas del campo, Luba abrazo a su hijo con todas sus fuerzas, pero unos agentes de la SS se lo arrebataron y se lo llevaron. Los gritos del niño, de tres años, resonaron en sus oídos mientras aquellos lo metían en un camión junto con otros prisioneros, demasiado viejos para trabajar. Al poco rato, el vehículo partió hacia la cámara de gas. Los días siguientes fueron de terrible dolor. Luego, la mujer vio pasar un camión que arrastraba el cadáver de su esposo.
Luba ya no quería vivir, pero una  fortaleza surgida del fondo de su ser no la dejo darse por vencida. Pensó que quizás D”s  le tenía reservada  una misión. Con la cabeza rapada y el numero 32967 tatuado en un brazo, consiguió que le asignaran un trabajo en el “hospital” de Auschwitz, el barracón adonde llevaban a los enfermos dejarles morir.
Transcurrieron días interminables y noches llenas de terror. Luba aprendió alemán, y eso le permitió mantenerse alerta. Cierto día oyó que unas enfermeras iban a ser trasladadas a otro campo en Alemania; entonces se ofreció a ir con ellas. En diciembre de 1944 la enviaron a Bergen-Belsen. Allí no había cámaras de gas, pero las ejecuciones sumarias lo habían convertido en un centro d exterminio espantosamente eficaz.
Con la cercanía de los aliados y la inminencia de la derrota nazi, las condiciones del campo empeoraron. Día y noche llegaban camiones y trenes llenos d prisioneros, que eran hacinados en unas barracas ruinosas e infestadas de bichos.
Sin poder conciliar el sueño en su camastro. Luba volvió a oír el llanto de un niño. Esta vez corrió hasta la puerta y con gran azoro contemplo el triste espectáculo de un grupo de niños aterrados y muertos de frio. Les hizo señas para que se acercaran, pero solo algunos lo hicieron, recelosos como estaban.
-¿Qué sucedió?- les pregunto en voz baja -¿Quién los tajo aquí?- En un alemán chapurreado, Jack Rodri, uno de los 54 chicos, le explico que varios agentes de la SS los habían llevado allí sin decirles donde se encontraban. La mayor era una chica de 14 años llamada Hetty Werkendam, quien sostenía en brazos a Stella  Degen, de dos y medio. En el grupo había incluso bebés. Luego de tomar  a Jack de la mano, Luba les indico que la siguieran.
Algunas mujeres trataron de impedir que metiera niños en la barraca, pues sabían lo fácil que era despertar la ira de los guardias, pero Luba no se arredró. Estaba persuadida de que tenía que proteger a aquellos inocentes reprendió a las otras:
-Que harían si fueran sus hijos? ¿No ven que estos pequeños  necesitan ayuda?
Entonces hizo entrar a los niños al lóbrego recinto.
Al día siguiente, Jack Rodri le conto lo que les había ocurrido. Al principio, los nazis no se habían ensañado con ellos porque sus padres eran los principales talladores de diamantes de Ámsterdam, los alemanes los necesitaban. Pero al final los fanáticos racistas del alto mando nazi se impusieron, y los joyeros fueron enviados a Bergen-Belsen junto con sus familias. Poco después separaron a los niños de sus padres y los abandonaron donde Luba los había encontrado.
Esta agradeció a D”S que le hubiera llevado a aquellos niños y que le hubiera dado así un nuevo sentido a su vida. Estaba resuelta a protegerlos y a evitar que los asesinaran como a su hijo.
Consciente de que no podía esconderlos, fue a enterar de lo ocurrido a un agente de la SS.
-Deje que me haga cargo de ellos- le pidió, poniéndole una mano en el brazo –le doy mi palabra de que no causaran ningún problema.
-usted es enfermera- respondió el agente- ¿Por qué le preocupan estos judíos mugrosos?
-Porque también soy madre- le dijo – Y porque perdí a mi hijo en Auschwitz.
Mientras pensaba en lo que Luba acababa de decirle, el agente se percato0 que le seguía tocando el brazo. No estaba permitido que los prisioneros tocaran a los alemanes, así que le dio un puñetazo en plena cara y la arrojo al suelo.
La mujer se puso en pies con la boza sangrante, pero no desistió.
-Usted tiene edad para ser abuelo- lo increpo- ¿Por qué hacerles daño? Se van a morir si nadie cuida de ellos.
Conmovido quizá, o tal vez porque no quería decidir qué hacer con los niños, el hombre cedió por fin:
-Quédese con ellos. Por mí, que se vayan al infierno.
Pero Luba aun no terminaba.
-tienen mucha hambre- le dijo – Deje que les lleve un poco de pan.
El agente le dio un vale para que lo canjeara por dos hogazas. Sin embargo, cuando Luba fue al almacén acompañada por tres de los chicos, tomo los dos panes y luego distrajo al encargado para que pudieran robarse algunos más.
En adelante, la comida se volvió su principal preocupación. Las raciones establecidas (medio tazón de sopa y una rebanada de pan negro) apenas si alcanzaban para no morirse. Así pues, Luba salía en las mañanas a rondar el almacén, l cocina y la panadería para pedir, canjear y robar comestibles. Los niños aguardaban apiñados en la puerta a verla regresar.
-¡ahí vienes!-exclamaban-¡Y nos trae comida!
La llamaban Hermana Luba y le tenían el mismo cariño que a sus madres, pues ella atendía sus necesidades, los cuidaba cuando enfermaban y les cantaba en las noches para que se durmieran. Los pequeños no  entendían sus palabras, pero si entendían que la movía el amor. Y a pesar de las atrocidades que los nazis continuaban cometiendo, había logrado mantener vivos a “sus” niños.
Pasaron los meses del invierno, y los prisioneros de Bergen-Belsen se fueron enterando de que los aliados ya estaban cerca. Al llegar la primavera de 1945, los alemanes trataron de deshacerse de los cadáveres que había en todo el campo, pero fue en vano: se desato un brote de disentería que dejo a los niños deshidratados e indefensos contra la fiebre y los dolores de cabeza del tifus.
En una de las barracas murió otra niña de Ámsterdam: Anna Frank. De los niños de Luba, varios enfermaron. Ella pasaba largas horas alimentando a los que no podían comer por si solos, tocándoles las frente y los labios para ver si tenían fiebre y dándoles a los que mas sufrían las pocas aspirinas que conseguía. En tanto, le pedía a D”s un milagro.
Este se produjo el domingo 15 de abril de 1945, cuando una columna de tanques británicos entro en Bergen-Belsen. Por los altavoces se oyó un mensaje en varios idiomas: “¡Son Libres! ¡Son libres!”.
Los aliados llegaron con fármacos y médicos, pero para muchos fue demasiado tarde. Había miles de cadáveres por todo el campo, y de los 60.00 prisioneros restantes, alrededor de 15.000 murieron después de la liberación.
De los 54 niños que Luba había socorrido desde hacia 18 semanas, todos sobrevivieron, menos dos. Cuando recobraron fuerzas  suficientes para viajar, un avión militar británico los traslado a Holanda. Luba los acompaño y cuido de ellos todo el tiempo. Posteriormente, un funcionario holandés escribió: “estos niños sobrevivieron gracias a ella. Los holandeses le debemos mucho por todo lo que hizo”.
Los pequeños fueron alojados en albergues mientras se hallaba la manera d reunirlos con sus madres, de las cuales casi todas estaban con vida. Más tarde, por petición dela cruz roja internacional, Luba acompaño a Suecia a 40 niños rescatados de varios otros campos de concentración que quedaron huérfanos durante la guerra. Tanto ellos como Luba iban a comenzar allí una nueva vida.
Luba conoció en Suecia a sol Frederick, quien también  había sobrevivido al holocausto. Contrajeron matrimonio y luego emigraron a Estados Unidos, donde tuvieron dos hijos. Sin embargo, ella jamás  olvidó a los chicos holandeses.
Dondequiera que se establecieron, casi todos esos muchachos prosperaron. Jack Rodri acabo viviendo en Los Ángeles, donde logro triunfar  como empresario; Hetty Werkendam se dedico al negocio inmobiliario y también tuvo éxito, y Gerard Lakmaker se convirtió en un rico fabricante.
Stella Degen-Fertig no recordaba nada de Bergen-Belsen, pero su madre le conto lo mucho que le debía a una mujer llamada Luba. Stella se preguntaba donde encontraría a su protectora.
Otros decidieron buscarla. Más de cinco años después dela liberación, Jack Rodri se las arreglo para contar la historia en un programa televisivo.
-Si alguien sabe donde se encuentra -dijo-, por favor, comuníquense a esta estación.
Por fin alguien telefoneo y aseguro que Luba vivía en Washington, D.C.
Jack se comunico de inmediato con ella, y antes de una semana se encontraron en el apartamento de Luba. Allí se abrazaron  y lloraron sin reservas.
Años después, Lakmaker, quien vivía en Londres, empezó a organizarle un homenaje. Los pocos que ya se habían reunido emprendieron una afanosa búsqueda delos demás.
Una esplendorosa tarde de abril de 1995, el el quincuagésimo aniversario de su liberación, unos 30 hombres y mujeres que en su mayoría no se habían visto desde la infancia se reunieron en el ayuntamiento de Ámsterdam, a rendir tributo a Luba.
Embargado de emoción, el vicealcalde, en el nombre de la reina Beatriz  le otorgo la medalla de Plata Honorifica por servicios humanitarios. Luba estaba conmovida; no sabía que habría tantos reporteros allí ni que un funcionario pronunciaría un discurso.
Al término d la ceremonia, Stella Degen-Fertig se le acerco y le dijo con un nudo en la garganta:
-he pensado en usted toda mi vida. Mi madre me dijo siempre que le debía la vida a una mujer llamada Luba y que nunca debía olvidarlo.
Sin poder contener más el llanto, la abrazo y le dijo al oído:
_nunca la voy a olvidar.
Luba la estrecho con fuerza y miro a los demás con los ojos arrasados.
Aquella era su recompensa: estar con “sus” niños, volver a sentir el amor que los salvo a todos de hundirse en las sombras dela muerte.





La casa Refugio


Una lluviosa mañana  de invierno, un gentío guarecido con paraguas se agolpa ante el edificio de cuatro pisos marcado con el número  263 de la calle Prinsengracht, en Amsterdam. Llueva o no, el lugar es muy concurrido, y las filas de visitantes llegan a la esquina. Todos aguardan su turno para subir la empinada escalera que conduce al anexo secreto donde, hace  mas de 50 años, una muchacha llanada Anna Frank escribió un diario que ha conquistado corazones en el mundo entero.
Adosado a la parte trasera del edificio, el anexo consta de dos pisos y un desván  y alberga cuatro habitaciones pequeñas. Las angustiadas almas que allí se escondieron de sus perseguidores nazis desaparecieron hace mucho. Si su historia perdura, medio siglo después de que fueron traicionadas y aprehendidas, es gracias a la pluma de Anna.
Durante los 25 meses que permanecieron confinados en eses espacio, los ocho fugitivos (dos familias más un adulto) se dormían y despertaban sobresaltados, se exasperaban unos a otros, y sus incontables horas de aburrimiento eran interrumpidas con frecuencia por episodios de terror inaudito.
Pero el espíritu de Anna nunca flaqueó. Apenas tres semanas antes del fin, expresó con sorprendente perspicacia por qué sus convicciones se mantenían incólumes:                              “a pesar de todo, sigo creyendo que la gente es buena en el fondo. No podría construir mi vida sobre cimientos de caos, sufrimiento y muerte.  Veo al mundo hundirse cada vez más en la barbarie; oigo el retumbo de los cañones que se acercan; siento el tormento de millones. Y  aun así, cuando miro al cielo, algo me dice que esta crueldad terminará y que volverán a reinar la paz y la tranquilidad
Cuando el diario se publicó, su resonante sí a la vida ante la amenaza de la muerte conmovió a millones de lectores en todas partes. Su versión original en holandés se ha traducido a 55 idiomas, y en total se han vendido 25 millones de ejemplares. En Estados Unidos, el Diary of a Young  girl se ha venido imprimiendo sin cesar hasta el día de hoy.
Nada ejemplifica mejor la perenne actualidad de Anna Frank que la cantidad  de personas (9000 en 1960 y 600.000 en 1994) que acuden a visitar el callado edificio en la calle Prinsengracht.
Anneliese Marie Frank, nació el 12 de junio de 1929 en Fráncfort del Main, Alemania, descendiente de judíos que se habían establecido allí generaciones atrás. Su padre, Otto Heinrich Frank, fue oficial del ejército alemán durante la primera guerra mundial, pero cuando Adolf Hitler llegó al poder e hizo de los judíos los chivos expiatorios de los males del país, se mudó a Amsterdam con su familia. Para diciembre de 1940 había instalado un comercio de especias y hierbas de olor en el 263 de la calle Prinsengracht, un ruinoso edificio del siglo XVII, a la orilla de una canal bordeado de árboles. El escaso personal del establecimiento lo tenía por patrón justo y considerado.
Anna fue feliz durante sus primeros años en Amsterdam. El agradable suburbio donde vivía con su familia la hizo ir olvidando sus raíces alemanas y terminar por amoldarse a las costumbres holandesas. Se  decía que su hermana Margot, tres años mayor que ella, era más inteligente y bonita, pero Anna la aventajaba en popularidad porque era  extrovertida, ocurrente y encantadora. Le gustaban las películas, la mitología griega y los muchachos.
En mayo de1940 las fuerzas de Hitler pisotearon la neutralidad de Holanda y ocuparon el país. La policía nazi comenzó  a concentrar a los judíos  en febrero  del año siguiente y, siete meses después, Anna y Margot Frank tuvieron que ingresar a una escuela exclusiva para niños judíos. En abril de 1942 se obligó a los judíos a llevar una estrella amarilla cosida en un lugar visible de la ropa.
Anna comenzó a escribir su diario el 12 de  junio de 1942, en una libreta con tapas de cuadros rojos y blancos que sus padres le regalaron ese día con motivo de su decimotercer cumpleaños. En las primeras páginas abunda el chismorreo colegial, pero a la vuelta de una semana la muchacha anoto: “20 de junio. Se ha obligado a los judíos a entregar sus bicicletas. Se les ha prohibido subir a los tranvías y a viajar en auto, aunque el auto sea suyo. Tampoco pueden estar en la calle  entre las 8 de la noche y las 6 de la mañana. Ni salir al jardín de su casa después de las 8 de la noche
El padre de  Anna había hecho  preparativos para ocultar a su familia en los cuartos deshabitados que había detrás de su establecimiento. Pasó muchos domingos subiendo con sigilo artículos de primera necesidad, muebles y cajas de comida  en latada  al anexo secreto. Como sabía  que no podía prescindir de cierta ayuda del exterior, confió su proyecto a cuatro empleados: Johannes Kleiman, Victoria Kluger y dos jóvenes secretarias Miep Gies y Bep Voskuijil.  Por entonces Anna escribió: “5 de julio. Hace unos días  papá comenzó a decir que nos iremos a un escondite. Su tono de voz era muy serio y me asustó “no te inquietes”, me dijo “saborea tu libertad mientras puedas”. ¡Ojala sus lúgubres palabras nunca se hagan realidad!
Apenas horas después de hecha  esta anotación su hermana Margot, entonces de 16 años, recibió una citación de la SS, la policía nazi: debía presentarse al día siguiente por la tarde ante los funcionarios para ser enviada a un campo de  trabajo en Alemania.  El proyecto de Otto Frank no podía esperar más. A primera hora de  la mañana la familia desapareció sin dejar rastro. Margot salió antes que todos: se arranco la estrella amarilla, monto en una bicicleta de contrabando y, acompañada de Miep, enfiló al escondite bajo un aguacero. Anna y sus padres siguieron a pie.  Cada uno llevaba una mochila escolar y una bolsa de compras repleta de toda clase de cosas.
Habían renunciado a cuanto le importaba en el mundo, menos permanecer juntos. Por acuerdo previó, unos días más tarde se les unió en el escondite otra familia, judía en peligro Hermann van Pels, compañeros de Otto en el comercio, su esposa y su hijo de 15 años, Peter. Se puso en circulación   el rumor de que los Frank había huido a Suiza.
11 de julio. Parece como si estuviéramos de vacaciones en una extraña pensión. Aunque hay humedad y el suelo esta desnivelado, no creo que haya un refugio más cómodo en toda Holanda. Nuestro dormitorio se veía muy vacío con las paredes desnudas, pero gracias a papá, que cargó con mi colección de retratos de estrellas de cine,  lo  tapicé de carteles.
La habitación que compartían Anna y Margot, larga y estrecha estaba situada junto a las de sus padres. La familia Von Pels ocupaban los otros dos cuartos. Un estante de libros  giratorio, hecho a la medida, ocultaba la única entrada al anexo, cuyas ventanas estaban totalmente cubiertas por cortinas oscuras.
Los fugitivos tomaban precauciones extremas hasta para las tareas más sencillas, como cocinar, tirar la basura y usar el baño. Para no ser oídos por los almaceneros del negocio, que no sabían de su presencia en el edificio, en las horas laborales de la semana hablaban en voz baja y, si tenían que caminar, lo hacían de puntillas y descalzos.
El verano de 1942 transcurrió en un tedio absoluto. En noviembre Miep les contó que su dentista Fritz Pfeffer, estaba buscando con desesperación un lugar donde esconderse. Los Frank lo acogieron con hospitalidad: Margot se mudo a la habitación de sus padres y Anna compartió la suya con él.
Los cuatro empleados leales de Otto visitaban al terminar la jornada de trabajo, una vez que se iban los demás, para llevarles comida, artículos difíciles de conseguir (jabón, pasta de dientes, aspirinas), libros y revistas. Jamás han dicho ni una palabra de queja  por la carga que seguramente somos para ellos, escribió Anna.
La muchacha les pedía con impaciencia noticias de sus amigos, pero nunca eran buenas. Por un receptor clandestino escuchaban los informes de la BBC, la cadena de radio británica, acerca de las deportaciones masivas llevadas a cabo por los nazis. Cuándo Fritz Pfeffer llegó, les dijo que las fuerzas de ocupación estaban registrando casa por casa buscando judíos.
Muchas veces, cuando es de noche, me asomo a la ventana y veo pasar largas procesiones de gente inocente. A todos los llevan al matadero. Me siento culpable por tener una cama tibia en donde dormir, y me horroriza pensar en mis amigos, que hoy están a merced de los monstruos más desalmados que ha habido en el mundo ¡y todo por ser judíos! (…) pero no diré más. ¡Estos pensamientos me hacen tener pesadillas!
Muchas de sus pesadillas eran reales. En cierta ocasión en que unos ladrones allanaron  el almacén, llego la policía y registro el edificio, mientras los ocho fugitivos guardaban silencio en el anexo.   Oímos pasos en la escalera… ¡y un traqueteo en el estante de libros! “¡estamos perdidos!” dije. Pero los pasos se alejaron, y el peligro pasó…por el momento.
Cuando Anna lleno su libreta hasta la última página, Miep le llevo de la oficina hojas sueltas y libros de contabilidad en blanco, y el relato continuó. El diario era su mejor amigo, escribió, y en él dejaba volar su imaginación con la libertad que tanto ansiaba. Me siento como un pájaro cantor al que le han cortado las alas y que se arroja en vano contra los barrotes de su oscura jaula. Dos meses más  tarde se preguntó ¿entenderán algún día que soy una adolescente necesitada de un poco de diversión sencilla?
Al principio había desdeñado al quinceañero Peter Van Pels, al que llamo un muchacho tímido y desgarbado, cuya compañía no sirve de  mucho. Pero al llegar la primavera de 1944 iba a cumplir 15 años, se enamoraron. Se veían en el desván, donde una claraboya se abría al azul cielo. Por ella alcanzaban a ver la punta de un castaño reverdeciente, y las gaviotas que planeaban al viento.
16 de abril ¡Como olvidar la cita de ayer! ¡Si será memorable para una chica el día en que recibe su primer beso…! Papá no quiere que suba tanto al desván, pero la compañía de Peter me gusta y me inspira confianza.
Anna era una asidua lectora (¡Hay tanto por descubrir y aprender!, se maravillaba, y anhelaba  escribir un libro al que pondría por título El anexo secreto, y que estaría basado en su diario. Quisiera llegar a ser periodista. Sé que tengo capacidad para escribir, y me gustaría dejar una obra en la cual seguir viviendo después de morir. ¡Le doy gracias infinitas a D”s por haberme dado este don, que me permite expresar todo lo que llevo dentro!
El 6 de junio de 1944, a las 8 de la mañana, la BBC transmitió noticias del desembarco de los aliados en Normandía. Entre los fugitivos reinó la esperanza ¿sería ese el año de la victoria y la liberación? Anna incluso acarició la idea de volver a la escuela para el siguiente año lectivo. Seis días después cumplió 15 años.
El fin llego la mañana del viernes 4 de agosto, cuando llevaban 761 días escondidos. Hacia las 10.30, un coche se estacionó frente al edificio, y un grupo de policías vestidos de civiles, guiados por uno de uniforme, irrumpieron en el establecimiento. Con las pistolas desfundadas, hicieron que Víctor Kluger los condujera al estante falso y lo abriera. Los ocho judíos quedaron arrestados. Luego llego un camión cubierto y se los llevó junto con Kluger y Johannes Kleiman.
Las dos secretarias, Miep Gies y Bep Voskuijil, esperaron hasta que anocheció para entrar al anexo. Los nazis lo habían saqueado todo y dejaron todo revuelto. Miep se puso a recoger papeles del suelo, y al poco rato tuvo en sus manos algo mucho más valioso que las joyas y el dinero robados: el diario de Anna Frank.
 A la vuelta de un mes, los ocho fugitivos de la calle Prinsengracht, subieron al último tren que llevo prisioneros de Holanda al campo de concentración de Auschwitz en Polonia. Allí los hombres fueron separados de las mujeres, y ya nunca volvieron a verse.
A Anna y Margot se las llevaron al campo de Bergen-Belsen, en Alemania central, donde, al igual que otras decenas de miles de prisioneros, murieron de tifus. Anna falleció en marzo de 1945, después de haber atendido a Margot hasta el último momento y sólo unas semanas antes de que el ejército  británico tomara el campo.
¿Quién los traiciono? Quizás un nuevo almacenero que, al notar la existencia del anexo, codició la recompensa que los nazis pagaban por cada judío que les era entregado. El sospechoso fue investigado en dos ocasiones después de la guerra, pero no llegaron a hacerse cargos en su contra.
Kleiman y Kluger permanecieron prisioneros en Holanda, pero luego volvieron a su trabajo, en el establecimiento de la calle Prinsengracht.
Otto Frank, el único sobreviviente de los ocho judíos, fue liberado de Auschwitz por el ejército soviético en enero de 1945. Tiempo después regresó a Amsterdam, donde se quedo a vivir en casa de Miep Gies y su esposo, Jan. Al saber de la muerte de Anna, Miep le entrego el diario diciendo:
- aquí tiene usted el legado de su hija.
Otto tardó mucho en leerlo. Luego se entrego  a la tarea de copiarlo a máquina de escribir para darlo a conocer entre sus amigos y parientes. Al cabo de un año se publicó con el título de “El anexo secreto” el que Anna había propuesto, con lo cual se cumplió su deseo de llegar a ser escritora.
La prosa vehemente sincera de Anna, rigurosamente corregida por ella misma y animada por una bien lograda tensión novelística, será siempre un recordatorio de lo que perdimos cuando murió. Como anoto alguien en el registro de visitantes del edificio de la calle Prinsengracht: “si solo tuviera derecho a leer dos libros en mi vida, serían la biblia y el diario de Anna Frank”
No paso mucho tiempo para que la gente comenzara llamar a la puerta del 263 de la calle Prinsengracht, pidiendo ver el anexo secreto. Años más tarde, el edificio quedó amenazado por un proyecto de remozamiento urbano, y sólo el clamor del público lo salvó de la demolición. Se creó entonces una fundación dedicada a recaudar fondos para restaurar el edificio y construir una sala de exhibición. Así, el 3 de mayo de1960 se inauguró la Casa de Anna Frank.
Hoy en día, una vez que el visitante pasa el estante giratorio y transpone el estrecho umbral, llega al dormitorio del matrimonio Frank. En una de cuyas paredes cuelga el mapa de Normandía en el que Otto iba trazando el avance de los ejércitos aliados. Junto al mapa hay unas marcas de lápiz con las cuales el comerciante marcaba el crecimiento de los tres muchachos que nunca llegarían a la edad adulta.
A continuación esta el cuarto de Anna. Los carteles de sus estrellas de cine predilectas siguen pegados en la pared, imágenes descoloridas que infundieron alegría e ilusión a su cárcel. Es imposible no percibir aquí la presencia de Anna. Muchos salen del cuarto con lágrimas en los ojos.
Un estudiante estadounidense que hizo el viaje desde Londres para visitar la casa de Anna Frank declaro: “En este lugar Anna se enfrentaba a la muerte y, sin embargo soñaba con la vida que llevaría después de la guerra. Eso nos enseña que lo más importante no es cómo ni cuándo se muere, sino como se vive”.
Otto Frank murió en 1980 a los 91 años de edad, de todos los testigo Miep Gies, ella preferiría que las cosas hubieran ocurrido de otro modo “que Anna y los demás se hubiera salvado aunque el diario se hubiera perdido”.
A pesar de todo, sigo creyendo que la gente es buena en el fondo, escribió Anna. Hasta el día d hoy, ella sigue siendo una luz en las tinieblas de la humanidad.
Selecciones de Reader´s Digest. Octubre de1995, Por Lawrence Elliot.