lunes, 8 de septiembre de 2014

La globalización del antisemitismo

Belicismo. En Europa –dice el sociólogo Beck– el conflicto de Gaza logró que los judíos vuelvan a ser señalados como extranjeros y objetos de odio.

Por Ulrich Beck

Después de la Segunda Guerra, Alexander Mitscherlich escribió el libro La incapacidad de duelo . Se refería a la incapacidad de los alemanes de elaborar el régimen nazi y el Holocausto. Es cierto que hemos hecho avances en ese sentido. Sin embargo, ahora, con la guerra entre Israel y Hamas –que ha reavivado el antisemitismo en Europa o le ha dado una mayor visibilidad– salta a la vista una nueva incapacidad: la de diferenciar.
Muchos alemanes y otros europeos identificamos a los judíos alemanes, franceses, italianos con israelíes. De un día para el otro, nuestros vecinos pasan a ser nuevamente judíos, y con ello extranjeros en su propio país: en Alemania, Francia, Italia. Y dicha incapacidad de diferenciar, el hecho de que todos los judíos sean equiparados a israelíes y los israelíes con asesinos de palestinos, constituye el trasfondo de esta nueva ola de antisemitismo.
Un ejemplo: alguien habla con un judío alemán de Berlín y le dice: “Por la casa de ustedes están cayendo cohetes”. ¿Acaso se refiere a que están bombardeando la Kurfürstendamm, la avenida berlinesa? Otro: en la edición del 24 de julio de 2014 del Frankfurter Allgemeine Zeitung, en una crítica de un filme francés, la periodista Lena Bopp escribe que allí un hombre se lamenta porque la más joven de sus hijas “también ha caído en manos de un hombre de origen extranjero”; es que ya sus hijas mayores contrajeron matrimonio con “el chino Chao, el musulmán Rachid y el judío David”. Así, ciudadanos franceses son marginados en calidad de extranjeros. Identificar a los judíos –muchos de ellos seculares y a veces críticos de Israel– con israelíes es un mecanismo del antisemitismo en Europa.
En Francia, justamente, se está hablando de un nuevo antisemitismo. Lo nuevo –si es que hay algo nuevo– es la globalización del conflicto en Cercano Oriente. El conflicto en Palestina no tiene lugar sóloe en Palestina, tiene lugar también en París, Berlín o Roma. Asistimos a un antisemitismo de la izquierda, un antisemitismo de los migrantes, un antisemitismo de quienes son discriminados en los países a los que llegan y que en sus países de origen fueron socializados en el marco de un antisemitismo religioso. Todo esto se descarga en violencia. Así, la globalización del conflicto y la globalización del antisemitismo se potencian recíprocamente. En un mundo conectado, digitalizado, un conflicto bélico ya no se puede circunscribir a un lugar determinado.
Días atrás, voces autorizadas de las comunidades judías en Europa aseguraron que la cultura y la vida judías podrían desaparecer de Europa si esto sigue así. Tal pronóstico supone una llamada de auxilio. Los judíos –franceses, alemanes, italianos, etc.–, que se entienden a sí mismos como ciudadanos europeos, se ven nuevamente obligados a ocultar su identidad judía a riesgo de ser objeto de ataques violentos. Se observa, en consecuencia, una nueva ola migratoria hacia Israel; muchos franceses eligen efectivamente llevar una vida de doble domicilio. Todo esto sugiere que el traslado del conflicto a las ciudades europeas es una amenaza de violencia a tomar en serio: en Francia, incluso, ya no se puede excluir la posibilidad de una Intifada, y la sola idea de esto evoca en la mayoría de los judíos los peores recuerdos. Se sienten extranjeros indeseados en Europa, ciudadanos europeos marginados y degradados a la categoría de extranjeros, extraños en su patria europea, donde nacieron. Se aviva el recuerdo de la experiencia de los judíos alemanes en los inicios del régimen nazi: los vecinos pasan a ser judíos, extranjeros, objetos de odio.
La reacción militar de Israel es muy dura: hay más de mil muertos. Hamas ha demostrado mayor capacidad militar de la esperada. Sin pretender una falsa equidistancia: ambas partes se han obstinado en el camino bélico. La situación en Cercano Oriente se ha vuelto incomprensible para muchos europeos. Nos faltan los conceptos, quizá hasta los sentimientos de odio y de fe, como para pensar en resolver este conflicto de antaño por la vía militar. Esto me recuerda a las palabras furiosas de Henry Kissinger: no hay solución para el conflicto en Cercano Oriente. El odio ha echado raíces demasiado profundas. Y de nuevo ambas partes apuestan al recurso bélico y todavía creen que pueden sacar ventaja militarmente. Israel no ve otra salida que la militar, no ve posibilidad de negociación. Del otro lado, Hamas, que estaba al borde de la bancarrota ya antes de la guerra y ahora está consumiendo su último reducto de poder, aún es considerado un interlocutor válido y adquiere así una nueva importancia política. Ambas posturas llevan a la continuidad del conflicto bélico, aun cuando, desde el punto de vista de paz europeo, el empleo de recursos militares no hace sino profundizar el conflicto y nunca podría llevar a una solución. ¿Es realmente imprescindible el monomilitarismo de Israel? ¿O más bien no debería, también Israel, repensar su razón de ser? Me cuesta, desde la segura posición de paz de Europa y en especial de Alemania, dar cualquier consejo a los israelíes. Prefiero citar al asesinado Isaac Rabin: “La paz no se firma con amigos sino con el enemigo. Quien quiera la paz deberá ser el primero en extender la mano”. Se refería a que la paz se alcanza sentándose a la mesa con el enemigo. Para ser realista, no veo tal disposición en Israel, pero tampoco en Hamas, que ha erigido en fin último la disolución del Estado de Israel.
Desde que Netanyahu ostenta el poder se observa una cambio de paradigma en comparación con Rabin, o con las viejas tradiciones de cuño europeo de Rabin o de los fundadores del Estado de Israel. ¿Se trata hoy del mismo Estado de Israel? ¿O son los fundamentalistas del Estado y la línea dura quienes tienen la voz más fuerte? Israel, efectivamente, se ha vuelto un estado que apuesta aún más a la superioridad militar y que, influenciado por la experiencia del terror y la amenaza agravada a su existencia, reacciona con desesperación y odio a las bombas de Hamas. Y con esto no hace sino avivar la historia de violencia, a largo plazo en contra de sus propios intereses. Netanyahu es el único conservador del que se podría esperar un cambio basado en la necesidad de recuperar la tradición judeo-europea de los grandes líderes de la política israelí. Que esto se eche de menos seguramente tiene que ver con la pérdida de poder y la retirada del gobierno de EE.UU. de Cercano Oriente.
Muchas son las potencias militares que ejercen violencia: Rusia en Chechenia, Georgia, o en Ucrania; o EE.UU. en Irak bajo la administración Bush. Pero estas grandes manifestaciones que vemos en Europa solo aparecen cuando son soldados israelíes los que provocan víctimas civiles. ¿Cuál es la diferencia? ¿Los israelíes son peores que las fuerzas de Putin o Bush? ¿O es que los soldados rusos y estadounidenses son arios?
Estas preguntas dan en el blanco del problema. Amplias partes de la población alemana, por ejemplo, justifican la acción militar de Putin. Los argumentos de defensa se sustentan en un nacionalismo étnico basado en el derecho de los rusos en Ucrania de pertenecer a Rusia. Por otro lado, al insoportable agravamiento de la violencia militar en Cercano Oriente se responde con protestas antisemitas, una nueva clase de protestas desbocadas en Alemania y Europa. Esto no solo da cuenta de aquel “sedimento de antisemitismo” que al parecer siempre queda, sino también de que en el mundo globalizado el antisemitismo adquiere una capacidad renovada de enardecerse. Antes estábamos contra los judíos por haber crucificado al redentor; ahora, equiparamos a los judíos con israelíes, sin importar donde vivan, porque las bombas israelíes matan niños palestinos.
El compromiso y el involucramiento son una tradición de la intelligentsia europea. ¿De dónde viene entonces el silencio de los intelectuales respecto del conflicto en Cercano Oriente? El silencio resulta de la incapacidad de diferenciar, esta vez entre una crítica a Israel y un compromiso claro en contra del antisemitismo y en favor de los valores europeos, valores que también defienden como propios los ciudadanos de fe judía, los seculares, los críticos de Israel.
En un contexto de antisemitismo recrudecido, constituye un acto de balance ejercer una triple crítica: al fanatismo de Hamas, al monomilitarismo de Israel y a la incapacidad de diferenciar, que refunda el antisemitismo en Europa, que causa una impresión arrogante, cuesta coraje y produce malentendidos en todas las direcciones. Esto paraliza, hace difícil emitir un juicio sin morder el anzuelo del antisemitismo; sin embargo, la ética del “nunca más” exige, de unas vez por todas, romper el silencio.
© Ulrich Beck Traducción: Carla Imbrogno

domingo, 7 de septiembre de 2014

5 de Julio de 1942.


Domingo por la mañana.

Querida Kitty:

La graduación del viernes último en el teatro judío, fue todo un  éxito. Mis notas no son tan malas: tengo un insuficiente, un 5 en algebra, un 6 en dos asignaturas, y en otras varias 7 y dos 8. En casa estaban muy contentos, pues tratándose de puntajes, mis padres no son como los demás, Pareciera que no les importara, mucho si las notas son buenas o malas. Les basta con que yo me encuentre sana, y que no sea insolente, aún dándome toda la libertad para divertirme; lo demás, según ellos, se arregla solo. Sin embargo, para mí, es todo lo contrario: no deseo ser mala alumna después de haber sido admitida condicionalmente en el liceo, puesto que me ha saltado un año al salirme dela escuela Montessori. Porque con el traslado de todos los niños judíos a las escuelas judías, el director del liceo, después de algunas vacilaciones, acepto recibirme, lo mismo que a Lies, a prueba. Yo no quisiera defraudar al director. Las notas de Margot fueron estupendas, como siempre. Si existiera una “distinción especial” en el liceo, la habría obtenido ella ¡Que cabeza tiene!

Durante  el último tiempo, papá se queda a menudo en casa. Se ha retirado oficialmente delos negocios. Tiene  la ingrata sensación de sentirse inútil. El señor Koophhuis se ha vuelto hacer cargo de la  casa Travies y el señor Kraler de la firma Kolen & Cía. El orto día, cuando nos paseábamos alrededor de la plaza, papá empezó a hablar de un escondite. Decía que iba a ser muy difícil para nosotros vivir completamente separados del mundo externo.

-¿Para que hablar de eso?- Le pregunte.

-Escucha, Anna-contesto-; tú sabes que desde hace más de un año estamos llevando muebles, ropas y otras cosas de casa de unos amigos. No queremos que nuestros bienes caigan en manos de los alemanes, y mucho menos, caer nosotros mismos. No esperaremos que nos vengan a buscar para trasladarnos. Pueden venir en cualquier momento.

-Pero papá, ¿Cuándo podrá ser esto?

Las palabras y la seriedad de mi padre me hicieron sentirme angustiada.

-No te inquietes. Nosotros nos ocuparemos de todo. Diviértete  y aprovecha todo el tiempo que aún puedas hacerlo.

Eso fue todo. ¡Oh, con tal que esas sombrías horas no lleguen todavía..Todavía…!

 

Tuya Anna.

 

 


sábado, 6 de septiembre de 2014

El Diario de Anna Frank




Aunque Anna Frank murió cuando solo tenía 15 años,

La leyenda que creo y el mensaje
 Que dejo al mundo son imperecederos.

 
 
¿Y Por Que cree usted que vale la pena la salvación de la especie humana? – 
 Pregunto un día cierto jovencito discutidor al magistrado  Félix Frankfurter del tribunal supremo de Estados Unidos.
 - He leído el diario de Anna Frank- Contesto el magistrado.
             La historia de cómo estas memorias de una muchachita vinieron a escribirse y pudieron salvarse es tan dramática como el diario mismo. Nadie pudo imaginarse el efecto enorme que este pequeño libro iba a causar, ni siquiera el padre de Anna, que hizo publicar después de muerta su hija en un campo de concentración nazi.
 
            El diario de Anna Frank se ha publicado en varios idiomas, y ha logrado una venta de millones de ejemplares. Desarrollado en una obra teatral se represento, en 20 países diferentes (1956-57)  y la 20 Century Fox filmo la obra.
            Para explicar esta asombrosa reacción del público, es necesario ante todo, comprender a la niña que fue Anna Frank.
            Cuando Hitler escalo al poder, Otto Frank era un banquero radicado en Alemania, se había casado en 1925. Su primera hija nació en 1926 Margot; tres años después nació la segunda, Annelies Marie. En la familia se le llamaba Anna.
             En aquel otoño de 1933 en que Hitler disparaba un decreto tras otro contra los judíos, Otto Frank resolvió emigrar a la hospitalaria Holanda. Estableció una pequeña compañía en Ámsterdam. Poco antes del comienzo de las hostilidades, acepto como asociado al señor Van Daan, un compañero de exilio. Traficaban principalmente especias. Por lo general, su comercio iba lento. En una ocasión, el señor Frank se vio forzado a pedir a sus empleados que aceptaran una rebaja temporal en los modestos sueldos. Ninguno se despidió. Se sentían atraídos por el natural dulce y generoso del patrón. Admiraban su recio temple y el celo con que procuraba dar a sus hijas una buena educación.
            En cuanto alumna, no fue Anna particularmente brillante. Muchos de los amigos, junto con sus padres, creían que Margot, prometía más. Anna se distinguía por el interés que tomaba en los problemas de otras personas. Emotiva, tenaz…ofrecía, según dijo alguna vez su padre, “un verdadero caso de niño problema; y era gran conversadora y muy aficionada a vestirse bien”. La vida urbana, en la que Anna podía verse rodeada de una parlera multitud de amiguitas, se avenía con sus gustos perfectamente: circunstancia feliz, ya que la familia de Frank no tenía auto, y solo muy tarde en tarde podía permitirse unas vacaciones.
            Al invadir los nazis Holanda en 1940, Los Frank quedaron atrapados. Antes muchos judíos de Ámsterdam, Otto Frank se dio cuenta de que se acercaba el momento en que el y su familia tendrían que ocultarse. Decidió esconderse en la propia casa donde trabajaba, situada frente a uno de los canales bordeados de árboles de Ámsterdam. Se prepararon secretamente unas habitaciones abandonadas del piso alto, de modo que pudieran servir de refugio a los Frank y a los Van Daan.
            En los comienzos de julio de 1942, se llamo a comparecencia, para su deportación a Margot Frank, que no se presento. Inmediatamente, los Frank se mudaron a su escondite, seguidos al poco tiempo por los Van Daan. Cuatro meses depuse, acogieron a otro judío, un dentista, en su ya atiborrado escondrijo.
            Eran ocho personas perseguidas. Cualquier ruido, cualquier luz, podía delatar su presencia. Mantenían tenue vinculo con el mundo exterior mediante radio y cuatro valerosos miembros del personal de Otto Frank, entre ellos dos mecanógrafas que a escondidas traían alimentos, libros, revistas… esto aparte, no tenían otra compañía que la de un gato.
            Durante aquel encierro, Anna resolvió continuar llevando un diario que sus padres le habían regalado en su decimotercer cumpleaños. En el describía anna la vida en la buhardilla, con todas sus inevitables tiranteces y desavenencias. Pero fue, ante todo, creando en sus páginas una delicada, maravillosa crónica  de la adolescencia bosquejando con entera honestidad los pensamientos y sentimientos de una jovencita, sus ansias, su soledad. “me siento como un pajarillo cantor a quien han cortado brutalmente las alas y vuela en profunda oscuridad contra las rejas de la jaula” escribía cuando llevaba cerca de año y medio aislada del mundo. A los dos meses, había llenado todas las páginas de su diario, un librito encuadernado en tela de tartan; y una de las mecanógrafas, Miep, le regalo un cuaderno de ejercicios escolares. Después utilizo el cuaderno de química de su hermana Margot.
            Anna revela en su libro una saludable confianza en la sabiduría de su padre; la pena, tal como ingenuamente la sentía, de que su madre no la supiera entender; el éxtasis de su primer beso arrobador, cambiado con aquel mozo de 17 años, hijo de los Van Daan: en suma, la floración de una encantadora personalidad femenina, ávida de enfrentarse a la vida con valor adulto y plena conciencia.
            En una tira de papel escribió Anna nombres ficticios que pensaba usar, en caso de lograr la publicación de sus memorias. Por de pronto, el diario intimo secreto, que recataba de todos, especialmente del dentista gruñón con quien tenia que compartir su diminuto dormitorio.
 
            El padre le dio permiso para guardar sus diarios en su maletín.

            Otto Frank no los leyó hasta después de muerta su hija.

            El 04 de agosto de 1944, cinco polizontes nazis, uno alemán y los otros holandeses irrumpieron súbitamente escaleras arriba. (Como se había  descubierto el secreto de la buhardilla, nadie lo sabe) “¿Dónde tenéis dinero y alhajas?”- Gritaron.
            La señora Frank y la señora Van Daan guardaban algo de oro y joyería. Rápidamente quedo todo descubierto. En la busca de algo en que llevarse el botín, uno de los policías dio con la cartera del señor Frank. La abrió y volcó su contenido por el suelo, no parando en atención en los cuadernos de Anna. Sin más miramientos todas las personas de la buhardilla quedaron arrestadas.
            A principios de septiembre, mientras los ejércitos aliados al mando de Eisenhower iban  acercándose rápidamente a Holanda, se traslado a los Frank, a los Van Daan y al dentista, en vagones, a Auschwitz, el letal campo de concentración de los nazis en el sur de Polonia. Allí separaron a Otto Frank de su mujer y sus hijas, sin darles tiempo para decirles adiós. A la señora Frank a margot y Anna, se les condujo al sector femenino del campo, en donde la señora Frank murió de extenuación. Los Van Daan  y el dentista también perecieron.

            Anna se revelo como brava dirigente de su pequeño grupo de cautivos.

            Cuando no tenían nada que comer, osaba ir ala cocina para reclamar alimentos, constantemente animaba a Margot a no darse por vencida. Una vez paso al lado de centenares de niños húngaros judío que esperaban de pies desnudos, bajo la helada lluvia, a que s eles condujese a las cámaras de gas, incapaces de entender la causa de los horrores a que los adultos en la tierra los sometían.

            !oh, miren sus ojos!” Gimió.

            Luego en el otoño, ella y su hermana las trasladaron a otro campo, Bergen-Belsen, entre Berlín y Hamburgo. Un  buen amigo la vio allí “aterida de frió y hambrienta, la cabeza afeitada, el cuerpecito esquelético dibujándose bajo el deforme sayal rayado del campo de concentración”. Se hallaba lastimosamente débil, consumida por la fiebre tifoidea. Murió a primeros de marzo de 1945, unos días después que Margot. A las dos las arrojaron en una fosa común.
            Otto Frank hallo manera de sobrevivir a las penalidades del campo de auschwitz. Le pusieron en libertad los rusos a comienzos de 1945, y en el verano llego a Ámsterdam liberada. Supo por un amigo la muerte de su mujer, pero abrigaba la esperanza de que anna y Margot volvieran. Al cabo de seis semanas de vano aguardar se encontró con alguien que lo enterote que ambas habían perecido. Fue entonces cuando Miep, su  antigua secretaria, le entrego los diarios de  Anna.
            Una semana después del arresto de la familia Frank, Miep volvió temerariamente al escondite. Había en el suelo un montoncillo de papeles. Miep reconoció en ellos los manuscritos de Anna, y decidió conservarlos, pero sin leerlo. Si los hubiese leído habría encontrado en sus paginas detallada información de los auxilios que ella y otras personas, a riesgo de su vida, habían prestado a los Frank, y habría quizás destruido testimonios tan comprometedores.
            Tardo muchas semanas Otto Frank en leer lo que su difunta hija escribiera. Cada dos o tres paginas la congoja le impedía continuar la lectura. Como su madre aun vivía (había emigrado a Suiza donde residían otros parientes cercanos) empezó  a copiar el manuscrito para la abuela. Salto ciertos pasajes que juzgo demasiado íntimos o que podían lastimar los sentimientos de otros, aunque la idea de publicar el diario no llego a ocurrírsele. Dio una copia mecanografiada aun amigo intimo, el cual se la presto a un profesor de historia contemporánea. Con gran sorpresa de Otto, el profesor de historia dedico un artículo al diario de Anna en un periódico holandés. Los amigos de Otto lo instaron entonces a publicar las memorias de su hija, como ella misma lo deseara, pues en una pagina había escrito “Cuando se acabe la guerra quiero publicar un libro con el titulo la Buhardilla. Mi diario podrá servirme para este propósito”.
            Cuando el padre de la autora dio al fin el consentimiento para la publicación, dos editores holandeses rechazaron el original. Lo acepto sin embargo el tercero…que ha vendido millones de ejemplares en la edición holandesa.
            Siguieron otras ediciones de ejemplares en Japón, Inglaterra, estados unidos. Fueron llegando a Otto numerosísimas cartas, una de Italia con las siguiente dirección: “Otto Frank, padre de Anna de Ámsterdam” algunos de los que escribían mostraban dudas sobre la autenticidad del diario; la mayoría expresaba su admiración y su pena. Las muchachas de la edad de Anna le exponían sus problemas. “o señor Frank – escribía una de ellas- Anna se me parece tanto que a veces no se donde empiezo yo y donde termina ella” Muchas personas enviaron regalos. Hubo una jovencita japonesa que confecciono lindas muñecas especialmente para el. Una escultora holandesa le obsequio una escultura de Anna. En los cumpleaños de Anna y Margot le llegaron flores anónimamente.
            Tal numero de cartas continuo recibiendo Frank que se vio obligado a retirarse de los negocios. El cuidado del diario de Anna se ha convertido en pasión, la misión de su existencia. Vive ahora modestamente en Suiza. Todos los derechos de propiedad intelectual del Diario los consagra a fines humanitarios que, a su juicio, habrían merecido la aprobación de Anna.
            Todas las cartas las contesta el personalmente. Cada día llegan otras nuevas que le recuerdan las perdidas que ha sufrido, pero  siente que hay verdad y consolación en las palabras que la directora de una de las principales escuelas de Londres le escribió: “debe ser una fuente de profundo gozo para usted, dentro de su pena, tener la certeza de que la vida de Anna, en su mas hondo sentido, es ahora, precisamente, cuando comienza”.
            La acogida más notable la proporciono Alemania. Al hacerse en 1950 la primera impresión de 4.500 ejemplares del diario, muchos libreros sintieron miedo al ponerlo en los escaparates. Actualmente las ventas de la edición alemana de bolsillo han sobrepasado el millón de ejemplares.
            En los días en que se anuncio el estreno drama simultáneamente en seis ciudades alemanas, nadie sabía cual iba a ser la reacción del público. La obra fue desarrollándose a través de breves escenas. No aparecían nazis en el escenario, pero se hacia sentir, minuto a minuto. Por ultimo, se oyen las botazas de los nazis irrumpiendo escaleras arriba para allanar el refugio. En el fin del epilogo, únicamente el padre queda en escena, un anciano solitario. Con serena actitud cuenta como vino a saber que su mujer y sus hijas habían muerto. Tomando el pequeño diario de Anna, va pasando paginas, en la busca de un determinado pasaje; al encontrarlo se oye la voz juvenil, confiada, de su hija, que dice: “A pesar de todo, aun creo que la gente es realmente buena en el fondo de su corazón”.
            Nutridos auditorios alemanes vieron la representación de la tragedia de Anna Frank con silenciosa emoción cargada de remordimiento. En Dusseldorf los espectadores ni siquiera se movieron de sus sitios en los entreactos. “Se mantuvieron sentados, inmóviles, cual tuviesen miedo de las luces de afuera, con vergüenza quizás de darse la cara unos a otros”. Informo algún testigo. El empresario de Dusseldorf, Kuno Epple, dijo: “El drama de Anna Frank triunfa porque capacita al espectador para enfrentarse con la historia, personalmente y de modo directo. Seguimos el Diario de Anna Frank como un reproche formulado en los mas humildes, conmovedores del hombre para con el hombre. Nadie nos acusa como alemanes. Nos acusamos nosotros mismos”.
            Durante años, los gobernantes de la Alemania de Posguerra se afanaron en hacerle ver al pueblo la índole absurda y criminal del régimen nazista. Fracasaron en el empeño. El Diario de Anna Frank triunfo. El drama representado en más de 50 ciudades y ante más de un millón de alemanes. Los actores han recibido decenas de cartas. Una de ellas “Yo he sido un buen nazi, pero nunca supe lo que ello significaba hasta la otra noche, viendo esa obra”. Los escolares alemanes enviaron a Otto Frank cartas firmadas por toda la clase, comunicándole que el diario de Anna les había hecho patente el salvajismo de la persecución racial.

            En Berlín se estableció una Casa de Anna Frank, consagrada a la acción social a favor de la juventud. El pueblo de Berlín ha escogido ese nombre “como símbolo de la tolerancia racial y social”. Por toda Alemania se han organizado grupos de una asociación denominada Anna Frank al objeto de combatir los vestigios del antisemitismo hitleriano. En Viena se colecto dinero para la floresta de Anna Frank, que se plantaron en Israel.
            En marzo de 1957, un estudiante de Hamburgo sugirió que se depositaran flores sobre las fosas comunes de Bergen-Belsen, donde reposan los restos de  Anna Frank.  Más de 2.000 jóvenes respondieron a este llamamiento. Cientos acudieron allá, recorriendo bajo la lluvia 130 kilómetros en bicicleta. De pie ante una de las fosas, una colegiala de 17 años expreso así lo que todos, aquellos instantes sentían: “Anna Frank eras mas joven que nosotras cuando aniquilaron su vida horriblemente. Murió porque otros seres humanos habían resuelto exterminar la raza de Aquella niña. Nunca de nuevo deberá resurgir en nuestro pueblo semejante morbo, semejante odio inhumano.”

            En verdad, la breve vida de Anna es ahora cuando esta comenzando. Lleva un mensaje de valor y tolerancia por toda la extensión del planeta.

            Anna vive después de la muerte.
 
Por Louis de Jong
Enero 1958
 
 


viernes, 5 de septiembre de 2014

Edicto de Expulsión 1492



Los Reyes Fernando e Isabel, por la gracia de D”s, Reyes de Castilla, León, Aragón y otros dominios de la corona- al príncipe Juan, los duques, marqueses, condes, ordenes religiosas y sus Maestres,... señores de los Castillos, caballeros y a todos los judíos hombres y mujeres de cualquier edad y a quienquiera esta carta le concierna, salud y gracia para él.

Bien es sabido que en nuestros dominios, existen algunos malos cristianos que han judaizado y han cometido apostasía contra la santa fe Católica, siendo causa la mayoría por las relaciones entre judíos y cristianos. Por lo tanto, en el año de 1480, ordenamos que los judíos fueran separados de las ciudades y provincias de nuestros dominios y que les fueran adjudicados sectores separados, esperando que con esta separación la situación existente sería remediada, y nosotros ordenamos que se estableciera la Inquisición en estos dominios; y en el término de 12 años ha funcionado y la Inquisición ha encontrado muchas personas culpables además, estamos informados por la Inquisición y otros el gran daño que persiste a los cristianos al relacionarse con los judíos, y a su vez estos judíos tratan de todas maneras a subvertir la Santa Fe Católica y están tratando de obstaculizar cristianos creyentes de acercarse a sus creencias.

Estos Judíos han instruido a esos cristianos en las ceremonias y creencias de sus leyes, circuncidando a sus hijos y dándoles libros para sus rezos, y declarando a ellos los días de ayuno, y reuniéndoles para enseñarles las historias de sus leyes, informándoles cuando son las festividades de Pascua y como seguirla, dándoles el pan sin levadura y las carnes preparadas ceremonialmente, y dando instrucción de las cosas que deben abstenerse con relación a alimentos y otras cosas requiriendo el seguimiento de las leyes de Moisés, haciéndoles saber a pleno conocimiento que no existe otra ley o verdad fuera de esta. Y así lo hace claro basados en sus confesiones de estos judíos lo mismo a los cuales han pervertido que ha sido resultado en un gran daño y detrimento a la santa fe Católica, y como nosotros conocíamos el verdadero remedio de estos daños y las dificultades yacían en el interferir de toda comunicación entre los mencionados Judíos y los Cristianos y enviándolos fuera de todos nuestros dominios, nosotros nos contentamos en ordenar si ya dichos Judíos de todas las ciudades y villas y lugares de Andalucía donde aparentemente ellos habían efectuado el mayor daño, y creyendo que esto seria suficiente de modo que en esos y otras ciudades y villas y lugares en nuestros reinos y nuestras posesiones seria efectivo y cesarían a cometer lo mencionado. Y porque hemos sido informados que nada de esto, ni es el caso ni las justicias hechas para algunos de los mencionados judíos encontrándolos muy culpables por lo por los susodichos crímenes y transgresiones contra la santa fe Católica han sido un remedio completo obviar y corregir estos delitos y ofensas. Y a la fe Cristiana y religión cada día parece que los Judíos incrementan en continuar su maldad y daño objetivo a donde residan y conversen; y porque no existe lugar donde ofender de mas a nuestra santa creencia, como a los cuales Dios ha protegido hasta el día de hoy y a aquellos que han sido influenciados, deber de la Santa Madre Iglesia reparar y reducir esta situación al estado anterior, debido a lo frágil del ser humano, pudiese ocurrir que podemos sucumbir a la diabólica tentación que continuamente combate contra nosotros, de modo que, si siendo la causa principal los llamados judíos si no son convertidos deberán ser expulsados de el Reino.
 

Debido a que cuando un crimen detestable y poderoso es cometido por algunos miembros de algún grupo es razonable el grupo debe ser absuelto o aniquilado y los menores por los mayores serán castigados uno por el otro y aquellos que permiten a los buenos y honestos en las ciudades y en las villas y por su contacto puedan perjudicar a otros deberán ser expulsados del grupo de gentes y a pesar de menores razones serán perjudiciales a la República y los mas por la mayoría de sus crímenes seria peligroso y contagioso de modo que el Consejo de hombres eminentes y caballeros de nuestro reinado y de otras personas de conciencia y conocimiento de nuestro supremo concejo y después de muchísima deliberación se acordó en dictar que todos los Judíos y Judías deben abandonar nuestros reinados y que no sea permitido nunca regresar.

Nosotros ordenamos además en este edicto que los Judíos y Judías cualquiera edad que residan en nuestros dominios o territorios que partan con sus hijos e hijas, sirvientes y familiares pequeños o grandes de todas las edades al fin de Julio de este año y que no se atrevan a regresar a nuestras tierras y que no tomen un paso adelante a traspasar de la manera que si algún Judío que no acepte este edicto si acaso es encontrado en estos dominios o regresa será culpado a muerte y confiscación de sus bienes.

Y hemos ordenado que ninguna persona en nuestro reinado sin importar su estado social incluyendo nobles que escondan o guarden o defiendan a un Judío o Judía ya sea públicamente o secretamente desde fines de Julio y meses subsiguientes en sus hogares o en otro sitio en nuestra región con riesgos de perder como castigo todos sus feudos y fortificaciones, privilegios y bienes hereditarios.

Hágase que los Judíos puedan deshacerse de sus hogares y todas sus pertenencias en el plazo estipulado por lo tanto nosotros proveemos nuestro compromiso de la protección y la seguridad de modo que al final del mes de Julio ellos puedan vender e intercambiar sus propiedades y muebles y cualquier otro articulo y disponer de ellos libremente a su criterio que durante este plazo nadie debe hacerles ningún daño, herirlos o injusticias a estas personas o a sus bienes lo cual seria injustificado y el que transgrediese esto incurrirá en el castigo los que violen nuestra seguridad Real.

Damos y otorgamos permiso a los anteriormente referidos judíos y judía a llevar consigo fuera de nuestras regiones sus bienes y pertenencias por mar o por tierra exceptuando oro y plata, o moneda acuñada u otro artículo prohibido por las leyes del reinado.

De modo que ordenamos a todos los concejales, magistrados, caballeros, guardias, oficiales, buenos hombres de la ciudad de Burgos y otras ciudades y villas de nuestro reino y dominios, y a todos nuestros vasallos y personas, que respeten y obedezcan con esta carta y con todo lo que contiene en ella, y que den la clase de asistencia y ayuda necesaria para su ejecución, sujeta a castigo por nuestra gracia soberana y por la confiscación de todos los bienes y propiedades para nuestra casa real y que esta sea notificada a todos y que ninguno pretenda ignorarla, ordenamos que este edicto sea proclamado en todas las plazas y los sitios de reunión de todas las ciudades y en las ciudades principales y villas de las diócesis, y sea hecho por el heraldo en presencia de el escribano público, y que ninguno o nadie haga lo contrario de lo que ha sido definido, sujeto al castigo de nuestra gracia soberana y la anulación de sus cargos y confiscación de sus bienes al que haga lo contrario.

Y ordenamos que se evidencie y pruebe a la corte con un testimonio firmado especificando la manera en que el edicto fue llevado a cabo.

Dado en esta ciudad de Granada el Treinta y uno día de marzo del año de nuestro señor Jesucristo de 1492.

Firmado Yo, el Rey, Yo la Reina, y Juan de la Colonia secretario del Rey y la Reina quien lo ha escrito por orden de sus Majestades.

jueves, 4 de septiembre de 2014

7 Enero


  • 1942 G. Alexianu, el nuevo gobernador de Odesa (capital de la Trasnistria, Ucrania) decide liberar a la ciudad de sus judíos.
  • La SS  asesinan a varios cientos de judíos cerca de Svieciany (distrito de Vilna, Lituania).
  • 1943: 500 judíos del ghetto de Grojec (Polonia) son conducidos a un bosque cerca de Gora Kalwaria para ser fusilados allí por los SS.
  • 4.00 judíos del ghetto de Augustow (Polonia) son deportados al campo de exterminio de Auschwitz.

miércoles, 3 de septiembre de 2014

Viernes 3 de julio de 1942.


Querida Kitty:

Ayer Harry vino a mi casa para conocer a mis padres. Yo había comparado una torta, galletas y chocolates para el té. Había un poco de todo. Pero nunca tuvimos ocasión de quedarnos sentados un rato junto. Por lo que decidimos salir a pasear. Como a las ocho diez me trajo devuelta a casa. Papa estaba furioso. Dijo que no debía regresar tan tarde, porque era peligroso para los judíos quedarse  afuera después de las ocho. Tuve que prometerle que de allí en adelante regresaría diez para las ocho.
Mañana estoy invitada a su casa. Mi amiga Jopie me hace continuas bromas respecto a Harry. La verdad es que no estoy enamorada. Esa es la verdad. Pero tengo derecho a tener amigos. Nadie  se extraña de que yo tenga un compañero, o, como dice mi madre, un “caballero”.
Eva me contó una noche que estando en la casa de Harry, le pregunto:

-¿A quien prefieres a Anna o a Fanny?

-Eso no tienes porque saberlo -le contesto él.

                Durante el resto de la tarde no tuvieron ocasión de hablar. Pero cuando se iba, él le dijo:

-si quieres saberlo, prefiero a Anna. Pero no se lo digas a nadie. Y partió.
                Hay muchas cosas por las que Harry se ha enamorado de mí. Yo lo encuentro entretenido. En verdad ha cambiado mi vida. Margot diría: “Harry es un buen muchacho”. Yo opino lo mismo, y un poco más. Mamá no hace más que elogiarlo. Lo encuentra buen muchacho, bien educado, bastante amable…Me encanta que a todo el mundo en casa le guste. El, a su vez, simpatiza con ellos. Encuentra a mis amigas muy inmaduras, y tiene razón.

 
Tuya, Anna.

Los Judíos en Inglaterra a partir del siglo XX


Antecedentes y sucesos que llevaron a la declaración Balfour.

El 9 de noviembre de 1914, en un discurso pronunciado en el Ayuntamiento de Londres, el primer ministro británico Herbert Asquith anunció con acento dramático: “El Imperio turco se ha suicidado.”

El sultán se había comprometido con la victoria alemana y se disponía a desencadenar una guerra santa contra Gran Bretaña. Asquith deseaba impedir que los cien millones de musulmanes que eran súbditos del Imperio británico se incorporasen a esa campaña. De ahí su discurso, que comprometía a Gran Bretaña a destruir finalmente el imperio otomano y dar la libertad a sus pueblos.

El Tratado Sykes-Picot del 3 de enero de 1916 fue un acuerdo secreto entre Gran Bretaña y Francia para dividirse el Oriente Medio una vez concluida la Primera Guerra Mundial.

 Algo indefinida quedó Palestina, que eventualmente fue otorgada, bajo un mandato de la Sociedad de las Naciones, a Gran Bretaña. Los británicos, cautelosos, les dieron aliento a los judíos al estipular que veían con buenos ojos el establecimiento de un futuro estado judío en Palestina mediante la llamada Declaración Balfour. En efecto, como medida de guerra, los británicos alentaban las aspiraciones de todos en el mismo territorio.

En la posguerra, Gran Bretaña se sirvió con la cuchara grande. No sólo obtuvo a Palestina, sino que tomó a Mosul al que agregó con Basora y Bagdad para crear Iraq. Entonces le recortó a Siria (ya ocupada por Francia) un tramo que le asignó a Irak, y otro a Cisjordania para poder transportar mediante oleoducto el petróleo de Mosul.

Herbert Samuel fue nombrado para el cargo de Alto Comisionado en 1920,  una vez que el mandato británico fue concedido por la Sociedad de Naciones. Fue el primer Alto Comisionado que cumplió sus servicios en ese cargo hasta 1925. Como tal, Samuel fue el primer judío que gobernó la histórica Tierra de Israel en 2000 años.

 

Como Alto Comisionado, Samuel trató de demostrar su neutralidad y trató de mediar entre los intereses árabes y judíos trabajando para frenar la inmigración judía y ganarse la confianza de la población árabe. La costumbre islámica hasta ese momento era que el líder espiritual, el gran mufti de Jerusalén, sea elegido por el gobernador. Después de que los británicos conquistaron Palestina, Herbert Samuel nombro al líder islámico, eligiendo  a Haj Amín al Husseni, quien luego se aliaría al régimen nazi de Hitler en años posteriores.

En la Primera Guerra Mundial, los soldados judíos de Eretz Israel formaron el Cuerpo de Muleteros de Sion que se formó en 1915,  combatieron en Galípoli, pero posteriormente fueron licenciados. Jabotinsky convenció al gobierno británico para que permitiera la formación de tres batallones judíos que lucharon codo a codo con los británicos, llamada así  la “Legión Judía”.

El espejismo nazi

¿Cómo reaccionaron las potencias europeas frente al nazismo?

En un principio lo apoyaron y hasta firmaron pactos de amistad con Hitler. Inglaterra, por ejemplo, a través de su canciller Chamberlain, dijo que Hitler era un caballero y aceptó las anexiones de Austria y Checoslovaquia llevadas adelante por Alemania. Las burguesías europeas veían en Hitler un freno a la expansión soviética y un férreo control para las ideologías obreras. La URSS, por su parte también pactó con Hitler y le reconoció sus conquistas. Sólo en 1939, después de seis despiadados años de gobierno y exterminio, Inglaterra y Francia se decidieron a actuar contra Hitler, cuando éste invadió Polonia. EE.UU. lo haría dos años más tarde al igual que la URSS.

El antisemitismo nazi cayó bien entre los árabes en el contexto de los pulsos de la colonización judía. El Muftí de Jerusalén HajAmin el-Husseini fue recibido y subvencionado por Hitler y estuvo implicado en crímenes del Holocausto en Europa, al impedir la emigración a Palestina de miles de judíos de Bulgaria, Rumanía y Hungría, que en su lugar fueron internados en campos de concentración. Husseini, que murió en 1974, nunca fue juzgado por esos crímenes y mantuvo sus simpatías hacia los nazis hasta la posguerra. En abril de 1941, los nazis apoyaron un golpe de estado antibritánico en Irak. El regreso de los británicos poco después desencadenó un pogrom con centenares de judíos muertos y miles de heridos en Bagdad.

 

Eduardo VIII después de su abdicación fue nombrado  duque de Windsor y, en 1937, recorrió la Alemania nazi. Durante la Segunda Guerra Mundial fue comisionado en un primer momento con la Misión militar británica a Francia, pero, después de acusaciones privadas de que mantenía simpatías pro nazi, fue enviado a las Bahamas como gobernador. Después de la guerra, nunca se le dio otro cargo oficial y pasó el resto de su vida en el retiro.

Joachim Ribbentrop, diplomático alemán,  resultó  una notable influencia entre la clase dirigente y de la nobleza inglesa a la que  invitaba a visitar Alemania y a conocer a Hitler personalmente. En 1936 es nombrado Embajador en Gran Bretaña con la misión exclusiva de obtener una alianza anglo-germana. Pero la diplomacia británica receló siempre de Ribbentrop por considerarlo un farsante y fracasó en atraer a los ingleses a la causa alemana.

El sueño de una alianza con los ingleses se fue desvaneciendo con el pasar de los años. La abdicación del rey Eduardo VIII, que alimentaba simpatías por la causa nazi, fue un duro golpe en ese sentido y luego el nombramiento de Churchill como primer ministro condenó a muerte cualquier ilusión de establecer una alianza entre ambos pueblos.

Antisemitismo en Gran Bretaña

En el período que medió entre 1920 al 24 hubo una intensa oposición al sionismo en la prensa británica, en mítines públicos y en el Parlamento. La prensa utilizaba los estereotipos antisemitas que mostraban a  los judíos como extranjeros, como bolcheviques, el tema del poder judío a través de políticas conspirativas relacionando judíos y dinero.

En agosto de 1921 llegó a Londres una delegación de árabes de Palestina, quienes hicieron antesala con miembros del Parlamento, antisemitas la mayoría de ellos. Con la participación de judíos en las revoluciones socialistas o bolcheviques, comienza una campaña de rumores afirmando que los revolucionarios forman parte de una “conspiración judía” anunciada ya en los “Protocolos de Sion”, esta calumnia se difundió con gran rapidez, en Gran Bretaña el antijudaísmo creció en virulencia.

Churchill afirmó en un discurso “. . .Pretenden destruir todas las creencias religiosas que dan consuelo e inspiración al alma humana. Creen en el Soviet internacional de los judíos rusos y polacos. Nosotros, en cambio, seguimos confiando en el Imperio británico”.

 

En Inglaterra se decía que la Revolución contaba con el apoyo y la ayuda de los más importantes banqueros norteamericanos como Schif y Warburg.

Así, desde 1918 habían aparecido en Gran Bretaña algunas obras antisemitas que volvían sobre el tópico de la conspiración. Los Protocolos de los sabios de Sion aparecieron publicados;  para el 8 de mayo de 1920  el Times publicó el artículo “El Peligro judío”, que insinuaba que el premier británico estaba a punto de entablar negociaciones con un grupo de conspiradores dispuestos a instaurar el imperio mundial de David.

The Times cuestionaba la autenticidad de los documentos, pero dejando entrever que podría no tratarse de una falsificación. Sin embargo, la marea duró poco. En agosto de 1921, este mismo periódico publicó durante tres días consecutivos un reportaje en el que se demostraba que los Protocolos no pasaban de ser un plagio aderezado. Con ello, la popularidad de la obra tocaba, sensatamente, a su fin, en 1924 este tema ya había dejado de ser el más tratado en el Parlamento.

En junio de 1935, Gran Bretaña se declaró dispuesta a firmar un acuerdo naval con el Reich. Lo más importante de este acuerdo naval es que Inglaterra era el primer país que reconocía la legalidad del rearme alemán e incluso ratificaba, mediante la firma de un acuerdo, tal reconocimiento.

La nueva constelación política europea pareció propicia a Hitler para ejecutar una empresa arriesgada desde el punto de vista político y militar: La remilitarización de los países renanos (7 de marzo de 1936). Ello significaba, no sólo una evidente violación del Tratado de Versalles, sino también del Pacto de Locarno, libremente concluido por Alemania. El rearme la había convertido en una de las más fuertes potencias militares de Europa.

El partido fascista ingles

La Unión Británica de Fascistas (en inglés, British Union of Fascists, BUF) era un partido político que  fue formado en 1932 por el ex ministro laborista Sir Oswald Mosley. El partido era una unión que abarcaba a varios partidos nacionalistas pequeños. Mosley se basó en otro líder fascista, Benito Mussolini y modeló su partido siguiendo la línea de movimientos fascistas en otros países, sobre todo Italia. Instituyó un uniforme negro, ganando el partido el apodo de «camisas negras». El BUF era anticomunista y proteccionista. Apoyó la sustitución de la democracia parlamentaria. Su política oficial, según lo representado en discursos y publicaciones en los años 30, era anti sionista.

El BUF fue prohibido totalmente en mayo de 1940, y recluyeron a Mosley y a 740 fascistas importantes durante la Segunda Guerra Mundial.

Tambores de guerra

El primer ministro británico Neville Chamberlain se puso de acuerdo, con el primer ministro francés, a entregar los Sudetes a Alemania.  Pensó que había comprado la “paz con honor”.  Pero Hitler, mostró su verdadera intención de apoderarse del resto de Checoslovaquia.  Chamberlain finalmente vio también la intención de Alemania de dominar Europa, y su extensión de una garantía a Polonia, un país que la geografía era incapaz de ayudar, aseguró la guerra prácticamente.

En mayo de 1940, después de un desastroso intento británico para forzar a los alemanes de Narvik, Noruega, Chamberlain renunció en favor de Winston Churchill.  Veterano de 65 años y con más de una campaña política iba a resultar un líder notable.  El país se recuperó rápidamente tras gastar su “sangre, esfuerzo, lágrimas y sudor” para salir victorioso en lo que eventualmente se convertiría en una sangrienta guerra. El nuevo primer ministro Winston Churchill informó al pueblo británico que la Batalla de Francia había terminado y ahora era su turno. La Batalla de Gran Bretaña estaba a punto de comenzar.  Además enfatizó que Hitler tendría que vencer a la Gran Bretaña con el fin de ganar la guerra.

Cuando la Segunda Guerra Mundial, los judíos otra vez se presentaron voluntariamente. A pesar  de que las relaciones judío-británicas no eran las mejores, a causa de la política del mandato británico en el país. En primer lugar se trataba de la defensa del país, ya que con Rommel a las puertas no podían estar seguros, de si los nazis, quizás, pudieran marchar en dirección a Jerusalén.

En 1942, cuando los habitantes judíos escucharon las primeras noticias del genocidio nazi, muchos también se presentaron, por esta razón, para la batalla en Europa. Entre 1939 y 1945, 30.000 hombres y mujeres provenientes de Eretz Israel se unieron a las fuerzas de combate británicas en la lucha contra el régimen nacional-socialista. En aquel tiempo, en Israel vivían menos de medio millón de judíos. En total, alrededor de 1,5 millones de judíos, hombres y mujeres, combatieron hombro a hombro con las fuerzas de combate de los Aliados durante la Segunda Guerra Mundial.