domingo, 7 de septiembre de 2014

5 de Julio de 1942.


Domingo por la mañana.

Querida Kitty:

La graduación del viernes último en el teatro judío, fue todo un  éxito. Mis notas no son tan malas: tengo un insuficiente, un 5 en algebra, un 6 en dos asignaturas, y en otras varias 7 y dos 8. En casa estaban muy contentos, pues tratándose de puntajes, mis padres no son como los demás, Pareciera que no les importara, mucho si las notas son buenas o malas. Les basta con que yo me encuentre sana, y que no sea insolente, aún dándome toda la libertad para divertirme; lo demás, según ellos, se arregla solo. Sin embargo, para mí, es todo lo contrario: no deseo ser mala alumna después de haber sido admitida condicionalmente en el liceo, puesto que me ha saltado un año al salirme dela escuela Montessori. Porque con el traslado de todos los niños judíos a las escuelas judías, el director del liceo, después de algunas vacilaciones, acepto recibirme, lo mismo que a Lies, a prueba. Yo no quisiera defraudar al director. Las notas de Margot fueron estupendas, como siempre. Si existiera una “distinción especial” en el liceo, la habría obtenido ella ¡Que cabeza tiene!

Durante  el último tiempo, papá se queda a menudo en casa. Se ha retirado oficialmente delos negocios. Tiene  la ingrata sensación de sentirse inútil. El señor Koophhuis se ha vuelto hacer cargo de la  casa Travies y el señor Kraler de la firma Kolen & Cía. El orto día, cuando nos paseábamos alrededor de la plaza, papá empezó a hablar de un escondite. Decía que iba a ser muy difícil para nosotros vivir completamente separados del mundo externo.

-¿Para que hablar de eso?- Le pregunte.

-Escucha, Anna-contesto-; tú sabes que desde hace más de un año estamos llevando muebles, ropas y otras cosas de casa de unos amigos. No queremos que nuestros bienes caigan en manos de los alemanes, y mucho menos, caer nosotros mismos. No esperaremos que nos vengan a buscar para trasladarnos. Pueden venir en cualquier momento.

-Pero papá, ¿Cuándo podrá ser esto?

Las palabras y la seriedad de mi padre me hicieron sentirme angustiada.

-No te inquietes. Nosotros nos ocuparemos de todo. Diviértete  y aprovecha todo el tiempo que aún puedas hacerlo.

Eso fue todo. ¡Oh, con tal que esas sombrías horas no lleguen todavía..Todavía…!

 

Tuya Anna.

 

 


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